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Felipe González se apoyará en los buenos resultados económicos en el debate del "estado de la nación"

El presidente del Gobierno, Felipe González, afronta el debate sobre el estado de la nación, que comienza el miércoles, en condiciones más favorables que el año pasado, en el que su Gobierno estuvo sometido a una fuerte y larga presión de diversos sectores sociales, que coincidieron en sus movilizaciones contra la política gubernamental. Doce meses después, el líder socialista cree tener motivos para exponer un mensaje optimista. Las cifras económicas están en el acuerdo con los norteamericanos para que los F-16 abandonen Torrejón figura en el haber del Gobierno, y los compromisos del año anterior prácticamente están a punto de cumplirse. Tan sólo la política deslegitimadora de UGT preocupa al Ejecutivo.

Los grupos de oposición intentarán llevar a González al terreno de lo concreto, de las cosas pequeñas que afectan a los españoles, con un especial apartado para la inseguridad ciudadana. Pero antes de que tengan oportunidad de hablar tendrán que escuchar del presidente que el incremento del producto interior bruto (PIB) en un 5% es superior a la media de los países europeos, que la inflación ha quedado reducida casi a la mitad de la de 1986 y que en los dos últimos años han sido creados 700.000 puestos de trabajo netos. Pero, a diferencia de hace un año, el presidente del Gobierno no podrá incluir en su balance una disminución del número de desempleados, porque lo que ha sucedido es lo contrario.Quizá por ello, el Gabinete se ha adelantado a resaltar la creciente incorporación de jóvenes y mujeres al mercado de trabajo y a afirmar que "el objetivo de creación de empleo sigue siendo prioritario para la sociedad, y a él dedicará el Gobierno sus máximos esfuerzos".

Negociación con ETA

Aunque en estos momentos el Ejecutivo y destacados dirigentes de ETA afrontan una negociación que puede ser crucial para reinsertar en la convivencia pacífica a la mayoría de los integrantes de la organización terrorista, es previsible que González eluda desvelar cualquier aspecto concreto de las conversaciones y de las concesiones que considera legítimas.El presidente se ceñirá, presumiblemente, a reclamar el mantenimiento de la unidad alcanzada entre todas las fuerzas políticas, con excepción de Herri Batasuna, y que contribuye especialmente a que ETA desista de reivindicar objetivos políticos que sólo las fuerzas parlamentarias tienen legitimidad para acordar. Una solicitud de cohesión que sugiere un presagio de los representantes gubernamentales de que la negociación en Argelia puede atravesar por fases de ruptura.

González tendrá que escuchar muy probablemente las reticencias de los partidos nacionalistas vascos, así como de Izquierda Unida, ante las propuestas gubernamentales para trasladar a la legislación ordinaria determinadas normas sobre delitos terroristas. La derogación de la legislación antiterrorista fue una de las promesas realizadas por el presidente en el debate sobre el estado de la nación hace un año, y si bien se encuentra en fase de cumplimiento, todavía no se puede dar por ejecutada, y mucho menos por aceptada su materialización.

Algo parecido a lo que sucede con el segundo de los grandes compromisos adquiridos por Felipe González en febrero de 1987 -el tercero quedó cumplido con la adhesión al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares-, ya que el proyecto de ley de televisión privada está pendiente de tramitación en el Senado, al que ha llegado con el mismo grado de rechazo que tuvo desde el primer momento por parte de la oposición.

Legos

En esta ocasión, el resto de las fuerzas políticas distintas al PSOE tiene más dificultad para elaborar sus estrategias, toda vez que reconoce algunos logros importantes desde que se celebró el anterior debate. El objetivo de la oposición estará en "la desacralización de las cifras", según expresión de un portavoz apropiándose de la expresión que utilizó el secretario general de UGT, Nicolás Redondo, en la clausura del congreso del PSOE para hablar del día a día de los españoles.

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