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Entrevista:

"Europa debe ayudar a Estados Unidos a corregir los desequilibrios económicos", dice Kingon

Pone un énfasis inusitado en querer demostrar que entre Estados Unidos y la Comunidad Europea (CE) no existen problemas que no tengan una solución negociada; admite, sin embargo, que "entre dos socios de tal tamaño, con un comercio de 140.000 millones de dólares, las discusiones siempre existen"; considera que la reforma de la Política Agraria Común, diana de los ataques norteamericanos, es una "cuestión que los propios comunitarios tienen que solventar"; pide paciencia y ayuda a Europa para que la economía norteamericana pueda corregir sus desequilibrios actuales, y considera que España se convertirá "en una de las principales potencias de la CE". Es el embajador Alfred H. Kingon, representante en Bruselas de la Administración de Ronald Reagan ante la CE.

No ha sido educado para lo que los norteamericanos llaman el servicio exterior, pero no tiene nada que envidiar a un diplomático de escuela sajona; no utiliza palabras malsonantes, y además controla al detalle todos los asuntos técnicos que acercan y dividen a las dos principales potencias económicas de Occidente, excluida Japón. Lleva menos de un año en Bruselas como representante de Ronald Reagan, pero ya ha dado la vuelta por todas las capitales europeas para conectar con todos y cada uno de los miembros de la CE. Especialista en planificación y política económica internacional, fue subsecretario del Tesoro en 1984 y de Comercio en 1985, y su misión ahora parece ser el convertir las pasadas relaciones altisonantes entre ambas partes del Atlántico en un auténtico mar de la tranquilidad.

Presiones proteccionistas

Pregunta. El fuerte déficit comercial norteamericano ha espoleado las tendencias proteccionistas en Estados Unidos. ¿Cuál es el futuro del proyecto de ley comercial que se discute en el Congreso? ¿Influirá en ella el año electoral?

Respuesta. Las presiones proteccionistas sólo responden en parte a la existencia de un fuerte déficit exterior. Ya hace algunos años que en mi país se trató de aprobar, sin éxito, una legislación comercial muy proteccionista. En 1987, otro proyecto de ley comercial ha pasado ya las dos cámaras del Congreso. Es también muy proteccionista, pero el presidente Reagan ha asegurado que lo vetará. Otro nuevo proyecto ha sido presentado, y yo creo que en mayo o en junio llegará a la Casa Blanca, pero será muy diferente del texto que ahora discute la Cámara de Representantes. Muchos de los apartados que hoy son muy proteccionistas desaparecerán o se sustituirán por otros que conceden la facultad al presidente para actuar en cada caso. No será entonces ya tan proteccionista, y el presidente la firmará. En cuanto al efecto del año electoral, yo no creo que la Casa Blanca se deje influir, aunque, evidentemente, los candidatos tratarán de aprovechar el momento.

P. ¿Por qué las relaciones entre EE UU y la CE han sido últimamente tan crispadas en el terreno comercial?

R. No estoy de acuerdo con la premisa. Yo no creo que haya relaciones crispadas. Hay que tener en cuenta que el volumen de comercio entre ambas partes supera los 140.000 millones de dólares, y en ese contexto pueden producirse algunas disputas, tales como la carne hormonada o el Airbus; pero todas ellas están institucionalizadas y con un proceso de negociación abierto. La relación básica entre ambas partes es buena, y la mayor parte de los problemas se resuelven sin publicidad alguna. En los últimos seis meses, el diálogo se ha incrementado y la relación está incluso mejorando.

Amenaza de sanciones

P. ¿Se ha acabado, pues, el recurso a la amenaza de sanciones en disputas como, por ejemplo, la del maíz?

R. En ningún momento se ha amenazado con sanciones. La cuestión del maíz está solventada y el acuerdo sobre España sigue funcionando. Cuando la CE informó que España no podía adquirir las cantidades acordadas para el primer año en el acuerdo alcanzado en su día, nosotros ampliamos el plazo. Eso es todo lo que ocurrió. España está haciendo lo que puede y nosotros confiamos en que lo siga haciendo. El acuerdo, por nuestra parte, no será revisado. Fue una decisión dificil para España y también piara nosotros. Políticamente sería imposible para nosotros revisar este acuerdo, y en lo que a mí concierne, en tanto decidimos extender el plazo de 1987 a 1988, se han excluido las sanciones porque el acuerdo se está cumpliendo.

P. En el comienzo de la denominada ronda Uruguay, en Punta del.Este, la Administración de Reagan planteó como una cuestión de principio el fin de los subsidios de la Política Agraria Común comunitaria. ¿En qué estado se encuentra esta demanda norteamericana?

R. Nosotros no presionamos en Uruguay para introducir el tema agrícola en la agenda de la futura ronda del GATT. De hecho, cuando hablábamos con Willy Le Clerc, se nos recordó que la CE se había anticipado en incluir la cuestión agrícola. Entiendo que hay una disputa interna dentro de la CE al respecto, con Francia tomando una posición firme en contra. Nostros somos partidarios de la eliminación de los subsidios y de abordar una amplia reforma agrícola. Entendemos que dentro de la CE esta cuestión es un problema, un problema político enorme, quizá el mayor que compartimos. Nosotros también tenemos nuestros subsidios y también queremos acabar con ellos. Hemos hecho ya una propuesta a la CE para resolver la disputa a largo plazo. Ahora esperamos que la CE haga su propia propuesta.

P. ¿Pero espera usted un rápido fin a la Política Agraria Común?

R. Este es un problema que debe ser la propia CE 1 que lo resuelva. Pero debe tener en cuenta 1 efecto que tiene el gastar demasiado en unos fines ociosos.Bonn y el Icrash' bursátfi

P. ¿La Administración de Reagan se ha convertido en el abogado de la McDonnell,Douglas y de la Boeing en la denominada disputa del Airbus?.

R. A este respecto, hemos establecido un calendario de reuniones próximas y no me gustaría prejuzgar el resultado de estos encuentros. Hay diferentes alternativas y muchos criterios al respecto. Este es un tema complejo, muy técnico, y no quiero entrar en detalles.

P. Unas declaraciones de James Baker, secretario del Tesoro, previas al crash bursátil de octubre, se asumieron como una transferencia a Europa, concretamente a Bonn, de la ausencia de una política de coordinación monetaria.

R. Primero, nadie culpó ni culpa a Bonn en Estados Unidos del crash de octubre. Baker hizo un comentario previo al crash sobre la necesidad de que la RFA bajara sus tipos de interés, pero hubo muchos comentarios parecidos a esos por otras personas antes y después del crash. No es ningún secreto para nadie que hemos estado urgiendo a nuestros socios comerciales a que crezcan más, teniendo en cuenta que nosotros llevamos seis aflos haciéndolo y tirando de la economía mundial. En esos años hemos estado comprando más del 60% de los.productos exportados en el mundo cuando Europa y Japón apenas adquirían el30% entre los dos. Ahora hemos bajado el dólar, necesitamos corregir nuestros desequilibrios. En fin, necesitamos ayuda. Y para ello, como ya se acordó en la cumbre de Willianisburg, se necesita una mayor coordinación de las políticas económicas. Desde octubre, tras la reunión del Fondo Monetario, se han producido muchas reuniones y contactos entre ambas partes del Atlántico. Hay que caminar por esa dirección.P. ¿Cree usted, que el dólar ha caído ya lo suficiente?R. No lo sé. Bueno, me gustaría decir que el pasado otoño se decía que Europa y Japón no crecerían, más si el dólar no caía. El dólar ha caído; existe ahora un mayor grado de coordinación. Creo que todo el mundo debe ahora desempeñar su papel y estimular sus respectivas economías, aquellos que tengan que hacerlo.P. ¿Qué cree usted que un país como España puede hacer en la actual situación?R. Lo mejor que puede hacer España es ayudarse a sí misma a llegar a ser un país plenamente integrado en la CE. España tiene un enorme potencial de beneficios a percibir. Es un país en ascenso y ofrece un tremendo campo de oportunidades. Curiosamente, me da la impresión de que hay más optimismo sobre España fuera de ella que dentro. España puede llegar a ser uno de los países decisivos en la CE en cuanto a crecimiento.

P. ¿No cree usted que el plan Baker está moribundo y que la condonación de la deuda externa, total o parcialmente, se abre en la mente de deudores y acreedores?R. Yo creo que la estrategia caso por caso del plan Baker es perfectamente válida. Existen, claro está, algunas novedades, como las últimas propuestas mexicanas. Si funcionan para México, también pueden hacerlo para otros. Con respecto a la condonación, habrá que preguntárselo a los acreedores, a ver qué piensan ellos.

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