Cientos de personas irrumpen en una reunión pro derechos humanos en Cuba
La ejecutiva del ilegal Comité Cubano Pro Derechos Humanos y su presidente, Ricardo Bofill, fueron escoltados el miércoles por la policía de La Habana, mientras eran increpados por cientos de personas con gritos de gusanos y vivas a la revolución cubana y a Fidel Castro. Los incidentes comenzaron media hora después de que Bofill iniciara una conferencia de prensa con corresponsales extranjeros en un domicilio particular de1a capital cubana y acusara en ella al Gobierno cubano de violar los derechos humanos.Mientras se desarrollaba el acto llamó a la puerta un joven que se identificó como Julio Izquierdo, presidente del Comité de Defensa de la Revolución de la zona. Pidió a la dueña de la casa, donde se celebraba también una exposición de pintura de un miembro del comité, la autorización para la celebración del acto, y ésta le respondió que se trataba de una reunión privada.
Mientras gritaban frases como "los derechos humanos son los hospitales, los círculos infantiles y las escuelas" o "abajo la contrarrevolución" y "que se vayan", medio centenar de personas entraron en el domicilio y se enfrentaron verbalmente con sus ocupantes. Ricardo Bofill y los miembros del comité calificaron la acción de "allanamiento de morada" y "provocación montada por el Gobierno".
Acordonada la zona
Aproximadamente 15 minutos más tarde llegó la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), que acordonó la zona, a la vez que unas 300 personas, número que al final fue mayor, se concentraron fuera. "Qué salgan esos cobardes", "que no tiemble ahora la gusanera", decían unos; "aquí se respetan los derechos humanos, porque si no ya los hubieran sacado a palos", gritaban otros.A las dos horas y media, el servicio de megafonía de un vehículo patrulla anunció que "los ciudadanos que están en la casa han decidido salir" y que iban a garantizar su retirada. El pasillo policial no pudo evitar el lanzamiento de varios puñetazos a los miembros del comité, que salían escoltados, aunque ellos negaron que hubieran pedido protección.
La policía detuvo a vanos vehículos que circulaban por la zona e introdujo apresuradamente en ellos a Ricardo Bofill y sus simpatizantes, que eran despedidos con un fuerte abucheo y palmadas en la carrocería.
El ministro del Interior cubano, general José Abrantes, afirmó tras los incidentes: "Nosotros no podemos estar reprimiendo al pueblo ni haciendo nada contra los que reaccionan normalmente contra este tipo de situaciones que esta gente, aliada con los enemigos de la revolución, está haciendo".
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