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Gelli, encarcelado en una lujosa prisión italiana tras ser entregado por Suiza

Juan Arias

Licio Gelli, maestro venerable de la logia masónica clandestina Propaganda Dos (P-2), el "inefable", el "misterioso" o el "tenebroso", como ha sido apodado en estos años, ha vuelto a Italia y desde ayer ocupa una celda especialmente dotada de medidas de seguridad en la cárcel de Parma. Sus abogados habían pedido que volviese en libertad vigilada, pero, esposado, cruzó al amanecer la frontera con Suiza.Con toda probabilidad, como indicó a este corresponsal un conocido banquero italiano, el mundo político habría preferido, en su mayor parte, que el incómodo Gelli se hubiese quedado lo más lejos posible de Italia o desaparecido de la escena pública para siempre. Todos temen que ahora, humillado y abandonado por quienes antes habían crecido a su sombra, pueda hablar.

Todo eso Gelli lo sabe muy bien, hasta el punto de que su hijo Maurizio ya ha revelado que su padre ha pedido la autorización para hacerse él mismo la comida, porque dice que "no se fía ni de tomar un café" preparado por extraños.

A Gelli le han encerrado en una cárcel de lujo, en una especie de suite de tres habitaciones, en la escuela de guardias de prisión de Certosa, en Parma, donde estará vigilado permanentemente por un médico y un agente.

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