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La deuda pública y las cajas de ahorro

La financiación del déficit está experimentando un cambio sustancial en los últimos tiempos, al abandonarse el sistema de coeficientes obligatorios de inversión en deuda pública e iniciarse las colocaciones voluntarias de estos títulos en el mercado. Pero, según afirma el autor de este artículo, ese camino todavía tiene problemas que deberían ser superados rápidamente.

La relación entre déficit, deuda pública y coeficientes obligatorios de inversión ha tenido en España una larga y agitada historia que hasta hace poco se venía saldando con resultados muy negativos para el sistema financiero en su conjunto y, en especial, para las cajas de ahorro, como detalladamente se describe en el reciente número de Papeles de Economía Española dedicado a la deuda pública.La historia de los coeficientes obligatorios de inversión como medio de vender la deuda pública y, de este modo, financiar el déficit público es, a todas luces, un capítulo lamentable de la historia del sistema financiero español y de la. propia historia de las cajas de ahorros, forzadas por los coeficientes a absorber importantes cantidades de deuda pública. Tales coeficientes de inversión obligatoria han llegado incluso hasta representar algo más del 60% del total de los recursos administrados por las cajas de ahorros, lo que prueba cómo el sector público abusé en un pasado todavía reciente de los mercados cautivos para la financiación de sus déficit.

Los coeficientes de inversión obligatoria han representado un auténtico tributo implícito para las entidades financieras que los han soportado, pues la deuda se emitía a precios inferiores a los de mercado. Además, al suponerles importantes absorciones de recursos, reducían el papel inicial de estas entidades como financiadores del sector privado. Por otra parte, los coeficientes fueron discriminatorios en contra de las cajas de ahorros -pues eran mucho más elevados para ellas que para los restantes -intermediarios financieros- y, por último, los coeficientes redistribuyeron territorialmente mal los recursos disponibles, al absorber fondos en regiones menos desarrolladas que luego se invertían en mayor proporción en otras regiones con mayores capacidades económicas.

Menos coeficientes

El reconocimiento de algunos de estos problemas condujo, con la llegada de la democracia, a un proceso de reducción gradual de los coeficientes obligatorios de inversión. A partir de marzo del pasado año, el nivel de estos coeficientes se ha establecido en un 11% de los recursos captados por las entidades de depósito, lo cual todavía es bastante, pero representa un avance sustancial en el proceso de eliminación de los mismos iniciado a lo largo del año 1977.

Consecuentemente, con ese proceso de eliminación gradual han aparecido nuevos criterios en las relaciones del sector público con las entidades financieras: mientras que hasta hace poco prevalecían las inversiones obligatorias en deuda pública, el sistema preponderante hoy consiste en utilizar voluntariamente a los intermediarios financieros para la colocación entre el público de las distintas clases de deudas emitidas por el Estado, las corporaciones locales o las comunidades autónomas, a precios de mercado Y aprovechando la red de oficinas y los medios de que disponen tales intermediarios.

Esta utilización voluntaria de las entidades financieras -y, desde luego, de las cajas de ahorro- para la colocación de la deuda entre el público ha generado además un importante movimiento de innovación en los mercados financieros, innovación que se aprecia especialmente en los siguientes aspectos:

- En la aparición de instrumentos estatales de financiación cada día más adaptados a la demanda de sus potenciales clientes.

- En los hábitos que van generándose entre el público, que poco a poco se familiariza con estos activos y se deja ganar por sus apreciables ventajas.

Proceso de modernización

- En la utilización de las entidades financieras como agentes para la colocación de deuda, lo que está potenciando en ellas notablemente la actividad de colocación de títulos en general.

- En la aparición de imitadores del Tesoro en el mundo de las empresas, con un importante florecimiento de distintas clases de títulos empresariales como medio habitual de financiación.

Sin embargo, todo este proceso de modernización no se está efectuando sin traumas y no son pocos los problemas todavía pendientes de solución, derivados algunos de ellos de la política de emisiones del Tesoro. Para resolverlos, esa política debería ajustarse más a los límites de emisión anualmente presupuestados, establecer calendarios predeterminados según los distintos productos, estabilizar las comisiones de colocación a los intermediarios y mejorar los sistemas de subasta. Sin duda, algunos pasos más en estas direcciones, unidos a la urgente y necesaria reforma del mercado de valores, facilitarían sensiblemente la colocación de la deuda pública entre quienes comienzan a encontrar en ella atractivos suficientes.

En esa nueva línea de libertad y colaboración voluntaria, también las cajas de ahorros han desempeñado un papel importante en la colocación de deuda pública durante los últimos tiempos, papel bien distinto al triste y poco eficiente que les asignaba el anterior sistema de coeficientes de inversión obligatoria. De ahí que su participación activa en las anotaciones en cuenta de deuda pública sea una importante realidad actual y un prometedor campo de actividad futura, en el que la Confederación Española de Cajas de Ahorros está comprometiendo esfuerzos considerables en beneficio de las cajas de ahorro confederadas y de sus clientes.

es catedrático de Hacienda Pública y director adjunto de la Confederación Española de Cajas de Ahorros.

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