Los comerciantes estudian el uso de tarjetas de crédito en mercados y galerías
La Federación Madrileña de Mercados y Galerías proyecta desde hace un año la utilización en los mercados de distrito y en las galerías comerciales de una tarjeta de crédito. El objetivo es mantener el nivel de compras en los últimos días del mes, al igual que ocurre en aquellos grandes almacenes con supermercado, en los que incluso el volumen de ventas de alimentos en la segunda quincena supera, gradas al sistema de tarjeta, al obtenido en los primeros 15 días. En Barcelona ya se están realizando pruebas en 50 puestos de dos mercados.
La duda que aún se les plantea a los responsables de la Federación de Mercados y Galerías, que agrupa al 75% de los 50 mercados existentes en la capital y a la mitad de los dos centenares de galerías comerciales, es si al sector le conviene utilizar una tarjeta de crédito normal, compatible con otras compras, o es mejor que los clientes usen una tarjeta sólo valedera para este tipo de establecimientos.Para ello, en los últimos meses, representantes de la citada organización han mantenido contactos con entidades bancarias y han recogido diversas ofertas para su estudio antes de tomar una decisión sobre el tema.
Según informó Inmaculada Fernández, directora comercial de la federación, los responsables madrileños mantuvieron, con el fin de intercambiar información, una reunión con los de otras comunidades poco antes de Navidad. "Hemos estudiado el caso de Barcelona, donde los mercados son municipales y el Ayuntamiento ha mostrado interés. En Madrid la situación es más compleja y no se puede comparar", dice la directora.
El proceso seguido por el Ayuntamiento de Madrid en los últimos años de entregar la concesión administrativa de los mercados a las asociaciones formadas por los comerciantes que en ellos trabajan ha hecho que en la actualidad los únicos centros comerciales que aún dependen directamente del Ayuntamiento sean los de Carril del Conde e Ibiza.
Esta diversidad de concesionarios supone un problema para la adopción de una medida como la de las tarjetas. Otro problema que se plantea el comerciante es la necesidad de interrumpir su actividad para cobrar, obstáculo que quedaría subsanado con cajas de cobro comunes como es el caso de las grandes superficies comerciales.
Grandes almacenes
En este momento, algunos grandes almacenes y una cadena de supermercados permiten a sus clientes pagar con tarjetas tanto compatibles como propias, según informaron fuentes de la Asociación Nacional de Medianas y Grandes Empresas de Distribución.En general, en los supermercados de estos establecimientos se aprecia un incremento de las ventas con tarjeta durante la segunda quincena respecto a la primera y un mayor uso de las tarjetas propias que de las ajenas al establecimiento.
El proyecto de utilizar las tarjetas de crédito en los mercados se encuentra más desarrollado en Barcelona, según informa Milagros P. Oliva. En los próximos meses, el sistema se irá utilizando gradualmente en los 41 mercados municipales barceloneses, y ya se aplica de forma experimental en 50 puestos de dos mercados, el de la Boquería, el mayor de Barcelona, y el de Les Corts.
La prueba piloto fue precedida de un estudio que decidió al Servicio de Mercados Municipales a descartar la posibilidad de crear una tarjeta específica para los mercados, similar a la que funciona para los taxis o las autopistas, por considerar que no ofrece especiales ventajas y en cambio tiene un coste muy elevado. Pese a ello, algunos mercados no descartan usar una tarjeta propia.
En consecuencia, una vez que el sistema esté en marcha, los compradores podrán utilizar cualquiera de las tarjetas de crédito que ya existen, y se establecerá un sistema de comprobación automática para agilizar la operación.
Los establecimientos que quieran cobrar con tarjetas deberán instalar un datáfono, aparato conectado telefónicamente con el banco central de datos. Su instalación cuesta aproximadamente 250.000 pesetas. El servicio automático de comprobación se aplicará hasta un tope de 10.000 pesetas diarias. A partir de esa cantidad, el cliente podrá seguir utilizando la tarjeta, pero el vendedor deberá consultar por teléfono su disponibilidad.
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