El Gobierno exige garantías de que no habrá atentados durante el proceso negociador
El Gobierno mantiene interrumpidos los contactos de Argel y exige garantías de que ETA no cometerá atentados durante el proceso negociador, según informaron ayer fuentes gubernamentales. El Ejecutivo, que oficiosamente reitera su interés en una negociación para el fin de la violencia, ha eludido toda respuesta directa al comunicado etarra. La nota, no obstante, fue objeto de consultas entre Mondoa, interior y el PSOE, antes de establecer una posición que se resume en dos puntos: el Gobierno quiere negociar, pero no ha recibido garantías suficientes de que los contactos se producirán sin violencia de por medio.
El Gobierno y el PSOE del País Vasco no han clarificado qué debe suceder para "obtener la convicción" de que no hay nuevos atentados. Las fuentes consultadas únicamente precisan que esa convicción debe ser previa a la reanudación de conversaciones.Según fuentes gubernamentales, el Ejecutivo no puede arriesgarse a un atentado después del primer contacto. De ahí la constante referencia a la bomba en el coche de un policía -en la misma mañana del 29 de enero, horas después de la propuesta de tregua-, como prueba de que toda cautela es poca.
Desde el pasado día 29 no ha vuelto a producirse incidente terrorista alguno, lo cual fue calificado de "positivo" por el ministro del Interior, José Barrionuevo, en unas recientes declaraciones. Pero un alto cargo gubernamental dio a entender ayer que ETA ha de ofrecer garantías, públicas o por medio de intermediarios, para alejar la sospecha de que la banda puede colocar varios muertos encima de la mesa de negociaciones. Garantías que no figuran en el último comunicado de los terroristas, en el que -según interpretación socialista- sólo se muestra la impaciencia de ETA por comenzar a hablar.
La táctica gubernamental de ganar tiempo" -encubierta de prudencia- parece obedecer a su desconocimiento de las verdaderas intenciones de la banda: no sabe si sus propuestas son una maniobra propagandística, destinada a envolverle, o si se encuentra ante una propuesta firme para una solución pacífica, con respaldo real por parte de toda la organización. Mientras tanto, el Ejecutivo prefiere aprovechar la tregua observada, de hecho, por ETA y prolongarla lo posible.
Campaña francesa
Esa táctica ha sido criticada, en privado, en medios no socialistas. Uno de los máximos responsables del CDS -que trabajó a fondo para incorporar a los partidos vascos al consenso- prevé una disminución de la actividad antiterrorista de Francia, conforme se aproximen las elecciones presidenciales, en la primavera próxima. A juicio de dicho responsable centrista, el Gobierno debería decidirse a dar el primer paso, antes de que la campaña electoral afecte a un elemento tan decisivo como el control de la banda en territorio francés.Aunque ayer no hubo pronunciamiento oficial -con el argumento de que no tiene por qué producirse una respuesta automática a cada nota de ETA-, fuentes gubernamentales negaron veracidad a una de las afirmaciones contenidas en el comunicado etarra, según el cual estaba previsto un "contacto preliminar" para el pasado día 7, que no llegó a producirse. Dos días antes de ese supuesto emplazamiento, el portavoz del Ejecutivo, Javier Solana, había afirmado que en aquellas fechas no existían contactos.
A lo largo de la última semana se han hecho públicas otras previsiones. Una de ellas fue mencionada por Jon Idígoras, dirigente de Herri Batasuna, que en declaraciones al diario La Vanguardia ha anunciado la participación de un ministro del Gobierno de Felipe González en los contactos de Argel, el próximo mes de marzo. Según fuentes de la Moncloa, esta previsión también es falsa.
A su vez, el dirigente socialista José María Benegas ha calificado de "invención" un informe de la revista Interviú, según el cual iba a producirse una próxima negociación entre delegaciones presididas por Txiki Benegas, número tres del PSOE, y el dirigente etarra Josu Ternera.
Tantas y tan reiteradas menciones a diversos canales de contacto o negociación sólo constituyen, a juicio del Gobierno, una maniobra de ETA o algún sector de Herri Batasuna, que tratan de dar la impresión de que la negociación está prácticamente preparada y que el Ejecutivo la retrasa de manera inexplicable.
El único dato no desmentido es el facilitado recientemente por este periódico, en el sentido de que estaba previsto un primer contacto a finales de este mes o principios del siguiente.
Fuentes socialistas afirman, por su parte, que el comunicado difundido ayer por ETA es más ambiguo que nunca respecto al techo de las reivindicaciones etarras, que en definitiva se descríben ahora como "una real normalización democrática de Euskalherria". Aún así, las citadas fuentes sostienen que la situación de los presos es la única contrapartida posible.
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