_
_
_
_
_
Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

A la sombra de Marcel Pagnol

Marcel Pagnol, basándose en unos escritos propios, realizó en 1952 una película, Manon des sources, que dio lugar casi 10 años después a su obra El agua de las colinas, cuyos dos volúmenes correspondían a los títulos Jean de Florette y Manon des sources. Con dicha base literaria, Claude Berri ha realizado un filme en dos partes -Jean de Florette- que ha conseguido el éxito en las taquillas francesas, sobre todo en su segunda parte.Marcel Pagnol, escritor, hombre de teatro y también productor y realizador cinematográfico, evidenciaba en sus trabajos las peculiaridades regionalistas provenzales, apoyándose en actores tales como Raimu, Fernandel o Chardin, a los que descubrió. Acusado primero de hacer teatro filmado, fue luego recuperado por la crítica francesa como antecedente del neorrealismo italiano.

El manantial de las colinas

Director: Claude Berri. Guión: Claude Berri y Gerard Brach. Fotografia: Bruno Nuytten. Música: Jean-Claude Petit. Productores: Pierre Grunstein y Alain Poire para Renn Productions, Filins A2, RAI 2 y DD Productions. Francia, 1986. Intérpretes: Yves Montand, Gerard Depardieu, Daniel Auteil, Elizabeth Depardieu, Ernestine Mazurowna. Salas de estreno en Madrid: Palacio de la Música y Bogart (versión original).

Inspirado por su estela, el director Claude Berri intenta captar y recuperar ahora la peculiaridad de su mundo rural, donde los hombres son una prolongación de la tierra en la que han nacido, a la que aman y envuelven con sus pasiones.

Melodrama rural

El manantial de las colinas es un melodrama rural que enuncia la germinación de la tragedia que desembocará en La venganza de Manon, su segunda parte. Su baza primordial es la presencia de unos actores sólidos que dan vida a unos personajes arquetípicos del universo mostrado, y una fotografía que intenta aprisionar la exultante luminosidad provenzal.Entre el filme de calidad del pasado cine francés, el aroma neorrealista y el melodrama episódico, la primera entrega ahora estrenada en nuestras pantallas insiste sobre el amor a la tierra, en cuyo nombre se destaca la ambición, situada la acción en un universo donde lo que es bueno para unos puede ser fatal para otros, como la llegada de la lluvia, fruto de una naturaleza caprichosa que en ocasiones puede aliarse con la maldad de los hombres.

La esmerada recreación ambiental en la que se empeña el director, la cuidada fotografía y la interpretación de los actores se muestran insuficientes para superar la morosidad del ritmo fílmico resultante, por el que transitan unos personajes que a pesar de sus rasgos de humanidad quedan fríos y distantes, haciendo añorar a los que poblaban el universo rural de Renoir, y a los que se podía amar por encima de sus imperfecciones.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_