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La Unión Soviética inicia el proceso de ratificación del tratado INF

Pilar Bonet

Tres altos dirigentes soviéticos instaron ayer a la ratificación del tratado de eliminación de las fuerzas nucleares de alcance intermedio (INF) y asumieron el papel de defensores de este texto ante las dudas y preguntas de la opinión pública de la URSS. Las comisiones de Asuntos Exteriores de las dos Cámaras del Soviet Supremo de la URSS se reunieron ayer en una sesión conjunta, transmitida en directo por la televisión, abriendo así el proceso de ratificación soviética del tratado firmado por Mijail Gorbachov y Ronald Reagan en Washington el pasado diciembre.

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El número dos en la jerarquía del poder soviético, el miembro del Politburó y secretario del Comité Central Igor Ligachov, el ministro de Exteriores, Edvard Shevardnadze, y el ministro de Defensa, Dimitri Yazov, trataron de demostrar la compatibilidad entre los intereses militares de la URS S y el tratado que elimina todos los misiles de alcance intermedio de la URSS y Estados Unidos.La posibilidad de que el tratado INF no sea ratificado en la URS S después de que el secretario general Mijail Gorbachov haya estampado su firma en él es prácticamente inexistente, en opinión de los observadores políticos. Sin embargo, la apertura de un proceso de debate que formalmente reproduce esquemas norteamericanos permite a la URSS un margen de maniobra y respuesta en tanto el Senado norteamericano decide sobre el documento y sus eventuales enmiendas.

Ligachov, Shevardnadze y Yazov se refirieron a la existencia de dudas y preguntas por parte de la opinión pública soviética. Según Shevardnadze, "el tratado es un compromiso equilibrado política, técnica y militarmente, un equilibrio de intereses y seguridad". El ministro calificó el tratado como un "máximo" dentro de los objetivos realistas posibles, pero señaló que no todos los soviéticos lo han acogido con el "mismo espíritu".

Según Ligachov, lo más significativo del tratado es el logro de una "seguridad igual", pero el pueblo soviético quiere saber cuáles serán sus efectos sobre la capacidad defensiva de la URSS. Los soviéticos, dijo, quieren saber también si lo aprobará el Senado norteamericano y qué garantías hay de que EE UU lo cumpla.

Shevardnadze quitó importancia al desequilibrio numérico entre los misiles de 500 a 5.000 kilómetros de alcance que Moscú debe destruir (1.752) y los que serán eliminados por EE UU (859), y explicó que Moscú tenía más misiles INF que Estados Unidos y que la OTAN no había realizado totalmente su programa de instalación de euromisiles.

"La aritmética no lo es todo", afirmó, por su parte, el ministro Yazov. "Hay que tener en cuenta otros factores de caracter militar, político, moral y psicológico". Desde el punto de vista militar, Yazov destacó la eliminación de Europa de los misiles norteamericanos que la URSS considera estratégicos porque alcanzan su territorio en un "tiempo de vuelo comprendido entre los 8 y 10 minutos, lo que hace muy poco probable el funcionamiento de una defensa antimisiles".

Yazov admitió que las reducciones de armamento obligarán a reducir y reestructurar el personal militar, pero aseguró que "habrá trabajo para todos". "El Ejército es el Ejército, y aquí no hay problemas con los sindicatos", dijo jocosamente Igor Ligachov tras la respuesta de Yazov a una de las preguntas formuladas.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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