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Lecciones del 'crash'

Habrá que emprender al menos otros tres tipos de reforma. Uno es la necesidad de poner en práctica lo que la Comisión Brady denomina "interruptores automáticos del circuito", es decir, una serie graduada de respuestas a las crecientes presiones sobre el sistema de mercado en momentos de pánico financiero. Un ejemplo podrían ser las limitaciones al intercambio comercial -la rápida compra o venta de grandes paquetes de acciones- que la Bolsa de Nueva York está tomando en consideración. Los partidarios del mercado libre pondrán objeciones a esa restricción artificial del mercado, pero es mejor tener un plan previsto para las grandes crisis que la paralización del mercado.En segundo lugar, habrá que abordar las debilidades del sistema de compensación y liquidación. La normativa de cada bolsa tendrá que tener en cuenta el impacto que pueda tener un mercado sobre los demás.

La tercera área de reformas surge de la necesidad de que en épocas de crisis se coordinen las diferentes autoridades reguladoras.

El último punto es que las autoridades estadounidenses ya han producido varios voluminosos informes de detallados análisis sobre los acontecimientos del pasado mes de octubre. El resto del mundo ha producido una parte mínima de ese trabajo. Habida cuenta de la escala de riesgo con que amenazó el crash, queda claro que en América hacen mejor estas cosas.

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, 4 de febrero

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