La crisis financiera de la FAO provoca la supresión de sus cursos de idiomas
Los cursos de lengua española que desde hace muchos años se impartían en Roma a los miembros de la FAO, la organización de las Naciones Unidas que se encarga de los problemas de la alimentación y del hambre en el mundo, serán suspendidos, lo mismo que los de inglés y francés, a partir del próximo mes de febrero.
Los responsables de dichos cursos han recibido ya las cartas de despido de la FAO. Serán las primeras víctimas de la profunda crisis financiera que atraviesa la importante organización de las Naciones Unidas, con sede en Roma, tras haber suspendido sus pagos los países más ricos, como Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido, que se opusieron a la tercera reelección consecutiva del libanés Edouard Saouma, candidato de los países árabes y latinos.Tendrán que dejar la FAO, que ha acabado en 1987 con un pasivo de 35 millones de dólares, (unos 3.955 millones de pesetas) no sólo los profesores de los cursos de lenguas, una de las cosas más importantes, concretas y serias que poseía la FAO, sino también muchos de los administrativos de una organización que cuenta con 4.000 miembros.
Según algunos expertos de la FAO consultados por EL PAÍS, no cabe duda de que su organismo administrativo estaba excesivamente inflado. Una organización que se dedica a ayudar a luchar contra el hambre del mundo pobre no podía ni debía permitirse el lujo de emplear la mayor parte de su dinero en papeles y burocracias a veces inútiles.
Español y francés
Pero lo que nadie comprende es por qué deben pagar el pato precisamente los cursos de lengua, una de las cosas más importantes de la FAO. Y el problema se hace más grave sobre todo para España y Francia. Para el inglés, el problema es menor, ya que por reglamento nadie puede entrar a trabajar en la FAO sin un dominio medio de dicho idioma.Según noticias recogidas por este corresponsal, Francia considera tan importante sus cursos de francés en la FAO que estaría dispuesta a pagarlos por su cuenta con tal de que no desaparezcan. Para España el problema es aún más grave si cabe, ya que la FAO actúa mucho en América Latina y es importante que el personal y los técnicos conozcan lo mejor posible el español.
La suspensión de los cursos llega además cuando existía en la FAO mayor demanda de nuestra lengua. Había gente de la FAO que, teniendo que escoger, prefería hoy estudiar español en vez de francés, al revés que años atrás. Pero aún más grave es el hecho de que España es uno de los países miembros que mejor paga y con mayor regularidad a la FAO, y que a pesar de ello sigue hoy sub-representada sobre todo a nivel de cargos de cierto rango.
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