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La 'glasnost" policial

La apertura llega a la información sobre la criminalidad en Moscú

Pilar Bonet

El 19 de enero, la fiesta de los Reyes Magos en el calendario ortodoxo ruso, fue un día "muy pesado", lamenta el coronel de la policía soviética VIadislav Shalkov pasando revista a los datos de una jornada que le desequilibran la estadística criminal de la ciudad de Moscú: cuatro asesinatos, dos desvalijamientos, 16 robos de propiedad privada y tres robos de coches. Shalkov y el coronel Lev Belianski han sido los encargados esta semana de informar de los delitos en Moscú ante la Prensa soviética e internacional, a la que se han abierto recientemente las reuniones informativas regulares organizados desde el verano por el Ministerio del Interior (MVD) en su sede de la calle de Petrovka, 38.El lugar de las reuniones es una de esas direcciones que, como la del Comité de Seguridad del Estado- (KGB), en la plaza de Dzherzhinski, ponen en guardia a los taxistas. Cada miércoles, en una sala especial iluminada por unas vidrieras decoradas con una gigantesca imagen de Félix Dzherzhinski, el padre de la policía soviética y el caballero de hierro de la revolución, los representantes policiales leen un parte de incidentes que hasta hace poco estaba entre los secretos oficiales.

La glasnost (transparencia informativa) de la policía moscovita, el recuento de batallas contra la delincuencia cotidiana de la metrópoli de casi nueve millones dé habitantes, contrasta con otra glasnost de mayores dimensiones que afecta a la institución policial, no como héroe positivo en la lucha contra la delincuencia, sino como objeto mismo de casos de corrupción, abuso de poder y aceptación de sobornos. Estos temas, sin embargo, superan el marco de las reuniones informativas de la Petrovka.

Cuatro asesinatos en un día (todos aclarados) es algo que Shalkov dice no recordar desde hace tiempo. La semana ha traído consigo un incendio causado por un cortocircuito, la detención de un joven residente en las repúblicas bálticas que llevaba narcóticos encima, dos suicidios, 18 accidentes de tráfico y la detención de tres adolescentes con armas de fuego. Shalkov lee con voz monótona cómo se encontró en su domicilio el cadáver de un ajustador de profesión, cómo falleció en la ambulancia camino del hospital una jubilada agredida y cómo robaron la plata y las joyas de una vivienda donde los dueños habían dejado abierta la fortoshka (ventanita destinada a la ventilación en invierno). "¡A quién se le ocurre!".

Un problema "muy agudo"

El problema del desvalijamiento de pisos les parece "muy agudo" a los dos coroneles, que piden la colaboración de la población y esperan ayuda de la Prensa local. La mala calidad de puertas y cerraduras ayuda a los ladrones, señalan. Las cosas mejorarían si se instalaran interfonos en los portales, pero por el momento tal perspectiva no parece cercana. Los representantes policiales dicen que el número de delitos ha dismi nuido globalmente, pero no el desvalijamiento de pisos.Tampoco la lucha contra la destilación casera de alcohol, el samoogon, está dando los resul tados previstos. La preparación de samoogon no sólo ha aumentado, sino que ha perfeccionado sus técnicas de tal modo que re sulta muy difícil de detectar y los alambiques son cada vez más pequeños y sofisticados. Hay, nos explican, inspectores de zona encargados de vigilar un territorio restringido. "Pero sin orden judicial no podemos practicar un registro domiciliario", dice Shelkov. Sólo un caso de destilado de samoogon se ha registrado esta semana, que en lo que al consumo de alcohol se refiere ha arrojado un balance de 812 personas en estado de embriaguez, de las cuales 451 tuvieron que ser internadas en centros especiales.

Un periodista deportivo quiere saber si se han registrado enfrentamientos entre hinchas de hockey. Los representantes policiales niegan que los haya masivos y dicen que este año la situación está tranquila.

El periodista opina que la policía debería ser más enérgica y los coroneles señalan que es muy difícil enviar a los agentes a correr de un lado a otro de las gradas para hacer callar a los exaltados.

Durante su permanencia al frente de la organización del partido en Moscú, Boris Eltsin prohibió traer manó de obra de otras regionesl. Esta medida ha afectado también al contingente policial de la ciudad de Moscú, formado en gran parte por mozos de provincias. "Desde octubre de 1986 la policía se nutre sólo de moscovitas, y tenemos dificultades, pues los moscovitas creen que ser policía no es una profesión prestigiosa", dice Shalkov.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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