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El anterior Gobierno cántabro "adjudicó a dedo" material por 400 millones, dice Hormaechea

El presidente del Gobierno cántabro, Juan Hormaechea, ha denunciado que el Ejecutivo regional anterior, presidido por el aliancista Ángel Díaz de Entresotos, "adjudicó a dedo" para el montaje del canal autonómico de televisión "la adquisición de aparatos por importe de más de 400 millones de pesetas".

Hormaechea, quien agregó que su Ejecutivo no se hará cargo de dicho material sin una decisión de la Asamblea regional. al respecto, dijo que se adjudicó la adquisición del material a la empresa Nekinsa "pretextando razones de reconocida urgencia y aludiendo a su especial preparación técnica".Según el presidente del Gobierno cántabro, no podía hablarse de "reconocida urgencia" cuando ni siquiera se había aprobado el proyecto de ley sobre la instalación de la televisión autonómica ni existía la pertinente autorización de la Administración central.

Los aparatos que se adquirieron para las emisiones se encuentran hoy almacenados en el viejo centro de Maternidad, edificio que fue parcialmente adecuado para, las funciones de sede del centro de televisión.

El proyecto de montar un canal autonómico de televisión se hizo público en octubre de 1986. Tanto Ángel Díaz de Entresotos como el entonces consejero de la Presidencia, Ramón de la Riva, justificaron entonces la creación de la televisión cántabra aludiendo a la prioridad del derecho a la información y al presunto monopolio que, según ellos, ejercían los socialistas en Cantabria en e campo de los medios de comunicación.

Una operación financiera desarrollada conjuntamente con el Banco de Santander previó fijar para la televisión regional una serie de partidas de los futuros presupuestos autonómicos que globalmente superaba los 400 millones de pesetas.

Inversión "clandestina"

Esta inversión se hizo al margen de la ley, según la oposición, que consideró "clandestina" la actuación del Gobierno regional en este asunto.Ello originó la comparecencia del presidente Díaz de Entresotos en un pleno de la Asamblea regional e indujo al Ejecutivo cántabro, una vez realizada la inversión, a llevar a cabo urgentemente las primeras gestiones para tratar de legalizar el proyecto de creación de la televisión autonómica.

A fines de noviembre de 1986, el canal autonómico llegó a proyectar una carta de ajuste con la imagen del Rey y el escudo regional.

El entonces delegado del Gobierno en Cantabria, Jesús García Villoslada, advirtió entonces al Ejecutivo regional que procedería a la clausura de los equipos y anularía las gestiones que se estaban realizando si se producía la emisión de imágenes. El Rey y el escudo de Cantabria no volvieron a aparecer en las pantallas proyectados por el emisor de cinco kilovatios de potencia que, junto con dos paneles, se habían instalado en Peña Cabarga -un montículo de 600 metros de altitud- como complemento del material que ahora se acumula en el hospital de Maternidad.

Ahora, el presidente Hormaechea traslada a la Asamblea regional de Cantabria la decisión final sobre el futuro del canal autonómico de televisión, que en su día fue calificado por los grupos de la oposición como una insensatez y una locura.

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