España logra que Estados Unidos retire los 72 F-16 de la base de Torrejón

España logró ayer, tras año y medio de arduas negociaciones, que Estados Unidos acepte retirar del territorio nacional, en un plazo máximo de tres años a contar desde el próximo mes de mayo, los 72 aviones F-16 estacionados en Torrejón y que constituyen el Ala Táctica 401. El acuerdo de principio, alcanzado a primera hora de la mañana de ayer, fue anunciado simultáneamente en Madrid, por el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, y en Washington, por el portavoz del Departamento de Estado. Pero mientras la euforia del Gobierno español era patente, en EE UU no podía ocultarse el "disgusto, desilusión y desacuerdo" ante la forzada retirada de los F-16; ésta fue consentida "atendiendo a la voluntad soberana" de los españoles, según portavoces norteamericanos.

La retirada de los F-16, según Fernández Ordóñez, supone reducir a la mitad el potencial bélico norteamericano en España, si bien otras fuentes gubernamentales consideraron "algo exagerado" este porcentaje. El acuerdo se contiene en un comunicado de cinco puntos, que prevé que Estados Unidos podrá seguir utilizando sus instalaciones en España, en virtud del nuevo pacto defensivo, que comenzará a negociarse a partir del próximo 3 de febrero. Ello supone que habrá una mínima presencia de tropas estadounidenses en Torrejón -unos 300 hombres- y que los militares americanos se mantendrán como hasta ahora en las restantes bases.El nuevo convenio entre ambos países, que sustituirá al actualmente vigente, que expira en mayo, podrá negociarse a partir del momento en el que Estados Unidos ha accedido a la "sustancial" reducción de sus tropas, exigida por España en virtud del compromiso adquirido por Felipe González antes del referéndum sobre la OTAN. Este nuevo convenio, indica el comunicado, tendrá una vigencia de ocho años, y no de cinco como venía sucediendo hasta ahora. Por lo demás, las líneas básicas del que será nuevo texto sobre cooperación y amistad entre los dos países aliados se encuentran ya "prácticamente pactadas", según fuentes de ambas partes, y se considera "casi seguro" que pueda ser ratificado por las Cortes a mediados de mayo.

Fuentes gubernamentales españolas calificaron de "histórico" el acuerdo suscrito ayer por Estados Unidos, mientras la mayor parte de la oposición mostraba una cauta satisfacción, a la espera de que se aclaren algunos puntos. Entre las cuestiones que aún no han quedado despejadas se encuentra la del destino final de los F-16, para los que Washington anunció que buscará una nueva localización en algún país de Europa o, incluso, en algún otro Estado amigo no miembro de la Alianza Atlántica. Tampoco quedó definido a quién corresponderá pagar el traslado de los F-16, calculado en 60.000 millones de pesetas, asunto del que, en versión norteamericana, corresponde hacerse cargo a todos los países de la OTAN. Finalmente, otra de las incógnitas consiste en saber adónde serán trasladados los cinco aviones cisterna americanos estacionados en la base de Zaragoza, aunque estos aparatos, al contrario de lo que ocurrirá con los F-16, permanecerán en España.

Los portavoces del Departamento de Estado se mostraron especialmente cautos al ser preguntados si el paso dado por el Gobierno español tendrá consecuencias sobre la negociación en torno a las bases norteamericanas actualmente en curso en Grecia y Filipinas: "No es buena cosa que nuestras fuerzas tengan que retirarse a un territorio aliado", se limitó a decir al respecto una fuente de la Embajada norteamericana en Madrid. El embajador y jefe de la delegación negociadora, Reginald Bartholomew, no compareció ayer ante los medios informativos. Tampoco hubo reacciones significativas en el cuartel general atlántico.

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