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Reportaje:

Algo más que un techo

En Madrid existen 21 organizaciones para acoger a niños desatendidos

Construir un hogar con un grupo de niños desnutridos, maltratados, que no han recibido el cariño y la atención de sus progenitores, violados muchas veces por sus propios padres, es tarea nada sencilla. "Algunos de estos niños te dicen claramente que se quieren morir; otros, que lo único que quieren es que alguien les quiera", dice Isidro Villoria, director de la asociación Nuestro Hogar, que desde hace 12 años se dedica a recoger en pisos a niños que pertenecen a familias problemáticas. En Madrid actúa un total de 21 organizaciones de este tipo con subvenciones de la Comunidad, lo que supone un total de 83 viviendas para 588 chavales.

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Soluciones a un problema

, El lema de la asociación: "Un techo solo no es un hogar". El apoyo descriptivo más elocuente que se puede dar a esta idea es la historia que cuenta la encargada de las relaciones públicas, Carmen Mateo, sobre dos niños cuyos padres sólo se habían ocupado de darles un techo: "Eran dos hermanos, de seis y ocho años, que vivían en una buhardilla que apenas abandonaban. Sabían hablar porque tenían televisión, y conocían a Suárez, por ejemplo. Era la época de la transición. Pero se movían como los perros y tenían todos los modales de un perro. Se pasaban todo el día en la buhardilla con cinco pastores alemanes. No comían caliente ningún día, la madre les alimentaba con donuts, bucaneros y cosas de ésas. No sabían coger un cubierto... A la niña nos la llevamos con nosotros y ahora estudia COU. El niño anda constantemente en psiquiátricos".La rehabilitación psicológica y social de los niños no es cuestión de varitas mágicas, sino de un trabajo concienzudo. "Cada niño" explica Isidro Villoria, "llega con un estudio previo realizado por la Consejería de Integración Social. Según el caso y la disponibilidad de plazas, estudiamos si puede encajar o no. Hay que tener en cuenta que cada piso es una estructura muy delicada a nivel psicológico y pedagógico, y hemos de tratar que haya cierta armonía entre los que llegan y los que ya están, que éstos se ilusionen incluso con su nuevo compañero".

10 niños por piso

Nuestro Hogar dispone de nueve pisos repartidos por Madrid, en cada uno de los cuales conviven unos diez niños con dos educadoras (maestras, asistentas sociales, monjas) que intentan desempeñar las tareas de los padres y poner calor en el ambiente. El coste real de cada niño es de 2.000 pesetas por día, cantidad que se cubre con las subvenciones de la Comunidad (alrededor de un 45%) y las aportaciones privadas de empresas y particulares, en dinero o en material. El más, pequeño de la familia tiene un año; el mayor, 20.Sólo en una ocasión la reconstrucción del hogar se ha hecho más fiel a la realidad, contando con la presencia de una figura masculina. El propio director, Isidro Villoria, y su esposa han compartido los primeros cinco años de su matrimonio con ocho niños. Por propia experiencia, cuenta que primero hay que ir creando unos hábitos de convivencia, de higiene, de alimentación entre los chavales. "Después hay que implicarles en esos hábitos. Uno va a comprar la leche, otro pone la mesa, otro va al colegio a buscar a su hermanito. Que vayan sintiendo la casa como propia. Yo trataba además de introducir continuamente en el piso matices nuevos para que vieran que había vida, que no era algo estático".

La vivienda con más años en funcionanúento dentro de la asociación está en Vallecas. Es una casa de tres plantas, con muchos trabajos manuales adornando los muebles, muchos juguetes en las habitaciones y edredones alegres en las camas. La mayor de los ocho que viven en ella tiene 20 años y sirve en dos casas. María, con cuatro, es la más chiquitina. Rosario, que pertenece a la congregación del Corazón de María y que hace de mamá afirma que, además de darles unas expectativas de vida y futuro, lo que intenta por encima de todo es "no tenerles atosigados, darles libertad".

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