El cáncer de próstata, una maldición para la virilidad
El cáncer de próstata, una glándula masculina cuya secreción posibilita la fertilidad, es la segunda causa de muerte por tumor en el varón y progresa rápidamente hacia el primer lugar. El tumor benigno correspondiente, el adenoma, es el que observan con más frecuencia los especialistas. En ambos casos, la aparición y desarrollo de la enfermedad está ligada a la acción de los andrógenos, las hormonas sexuales masculinas."El cáncer de próstata, en el año 2000, será probablemente la principal causa de morbilidad y mortalidad por cáncer en el hombre", afirma Francisco Solé-Balcells, director de la Fundación Puigvert.
Efectivamente, uno de cada veinte hombres sufre un cáncer prostático, y esta cifra se superará con otro factor que confirma su rápida progresión para convertirse en el mayor asesino tumoral: el aumento de las expectativas de vida en la actualidad. Se trata de una enfermedad propia del hombre mayor de 60 años, y el riesgo aumenta con la edad. "Hacia los 80 años, la mitad de las próstatas tienen cáncer", declara José Antonio Martínez-Piñeiro, jefe del servicio de urología de la ciudad sanitaria La Paz, "lo que no significa", aclara, "que diesen síntomas, porque el paciente se moriría antes por otras causas. Si se llegase a biopsiar las próstatas de los centenarios, absolutamente todas tendrían un cáncer en fases iniciales".
Esta glándula, que da asiento al tumor, es similar a una castaña, y su maduración en la adolescencia y su posterior involución están determinadas por la influencia de la testosterona, la hormona sexual masculina por excelencia.
Durante la eyaculación, la próstata se contrae y el líquido prostático se une al semen contenido en el conducto eyaculador, que atraviesa la glándula camino a la uretra. Por su alealinidad y su riqueza en cinz y ácido cítrico, entre otras sustancias, el líquido prostático ayuda a los espermatozoides a fecundar el óvulo.
El adenoma prostático produce una sintomatología que muchas veces no corresponde a su tamaño y que está relacionada con alteraciones de la micción. Las molestias al orinar o los paseos nocturnos al cuarto de baño son quejas comunes en los pacientes. Aunque no existe un tratamiento médico, estos enfermos se han beneficiado de las técnicas endoscópicas, que permiten resecar el tumor a través de la uretra, sin tener que someterse a una intervención abierta.
"El primer síntoma es la impotencia en pacientes sexualmente activos", dice Cándido González. Los avances en el tratamiento, discutidos en el último Congreso Nacional de Urología, apuntan a una cirugía radical,en los primeros momentos. "Hay nuevas técnicas de extirpación de la próstata, respetando los nervios que la rodean y conservándose así, en un 80% de los casos, la potencia sexual", declara Luis Resel, jefe de servicio del Hospital Central de Cruz Roja. A estos enfermos se les aplican tratamientos hormonales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.