Perpiñá-Robert, posible 'número dos' en Exteriores

Fernando Perpiñá-Robert, actual subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores, es, en esos momentos, el más firme candidato para sustituir a Máximo Cajal como secretario general de política exterior del departamento que dirige Francisco Fernández Ordóñez, dijeron fuentes del palacio de Santa Cruz. Sin embargo, estas mismas fuentes admitieron que la designación de Perpiñá-Robert como número dos de hecho del ministerio "todavía no es firme", dado que se barajan otros nombres y otras posibles combinaciones.El nombramiento de secretario general de política exterior en el Ministerio de Asuntos Exteriores se considera "de gran importancia", dada la nueva etapa que afronta la diplomacia española, casi en visperas de que nuestro país asuma por primera vez la presidencia de la CE y en medio de la negociación para la reforma del Mercado Común.

El actual secretario general de política exterior, Máximo Cajal, desea abandonar el cargo -aunque no su puesto como cabeza de la negociación con Estados Unidos- en las próximas semanas, pero aún no ha sido autorizado a ello porque su sustitución "es muy difícil" y abre una reestructuración a fondo en los segundos escalones del ministerio.

Inicialmente, Fernández Ordóñez pensó en nombrar aun experto en temas comunitarios, Carlos Westendhorp, embajador en la Comunidad Europea, como secretario general. Pero la idea fue desechada porque supondría, en frase de un alto cargo del departamento, "desnudar a un santo para vestir a otro", dado que, precisamente por la nueva etapa que se abre a la diplomacia española, se precisa tener en Bruselas a un veterano especializado en temas del Mercado Común.

También se barajó, y fue descartado, el nombre del actual embajador en México, Pedro Bermejo.

La "solución más lógica", llegados a este punto, parece ser, por tanto, la de Perpiñá-Robert, según responsables del palacio de Santa Cruz; el actual subsecretario es un buen conocedor de los problemas del departamento y podría llevar a cabo la reestructuración prevista en el mismo, que implica sustituciones en al menos una docena de embajadas y en "dos o tres" direcciones generales.