La ejecutiva del PSOE acusa de "asamblearismo y demagogia" a la oposición parlamentaria

La ejecutiva del PSOE descalifica globalmente a la oposición parlamentaria, a la que acusa de "demagogia" y de "actitudes más propias del asamblearismo que de una democracia representativa", según el informe de gestión que Felipe González presentará al próximo congreso de su partido. Este documento, con el que la dirección del PSOE abre el debate sobre la gestión desarrollada desde el congreso anterior -que se celebró a finales de 1984-, defiende el éxito en la tarea de gobierno y admite algunos fracasos en materia social y en la reforma de la Administración.

Frente a las acusaciones de la oposición, que afirma que el Parlamento ha sido progresivamente apartado del centro de los debates y decisiones políticas, el PSOE intenta desmentir la imagen de rodillo. Para ello argumenta que ha aceptado entre el 15% y el 25% de las iniciativas y sugerencias de la oposición, y que en los cinco últimos meses se ha dedicado más tiempo que nunca al control del Gobierno en la Cámara.La ejecutiva del PSOE sólo ve una "clamorosa ausencia de alternativa, tanto programática como de gobierno, por parte de la derecha conservadora". Su punto de vista es que la oposición se debate "en un proceso inusitadamente acelerado de descomposición", y que "se ha atrincherado en la confusión y la demagogia como salida a su incapacidad para una crítica constructiva que comporte planteamientos alternativos rigurosos".

Por ejemplo, el informe considera "crítica negativa" las enmiendas de totalidad y devolución a casi todos los proyectos de ley debatidos, así como "la magnificación de cuestiones que apenas preocupan a los ciudadanos, o que su difusión generalizada puede crear problemas para la defensa y seguridad de España, como la información requerida de materias clasificadas sobre el llamado memorándum OTAN'.

Las iniciativas conjuntas de diferentes partidos, en las que han participado el Grupo Popular, Izquierda Unida y el Centro Democrático y Social -junto con el Partido Nacionalista Vasco y Minoría Catalana en ciertos momentos-, "son la expresión de un comportamiento parlamentario que en muchas ocasiones anduvo erráticamente por el sendero de la demagogia", según el citado documento.

Desgaste

Toda esta parte del informe de gestión refleja la inquietud que la marcha de los asuntos políticos provoca a los dirigentes del PSOE, pese a que éstos no encuentren alternativa viable a la suya. Según fuentes socialistas, existen encuestas en poder del Gobierno y de altos cargos del PSOE, que han observado una sensible baja en el respaldo a este partido.

La ligera recuperación experimentada después del verano por la intención de voto al PSOE se tradujo en una caída de más de cuatro puntos en dichos estudios, de forma que este partido se sitúa por debajo del 40% en intención de voto. Ese porcentaje es el resultado de proyecciones que rebañan hasta las últimas posibilidades en la investigación de la tendencia política de los indecisos. Tales encuestas no hacen sino confirmar la tendencia apuntada por los sondeos de empresas privadas, publicados en distintos medios de comunicación.

Otra conclusión es que las pérdidas sufridas por el PSOE se van principalmente a la abstención. De esta manera, al desgaste provocado por los conflictos sociales y el desacuerdo con la UGT se suma el creciente estado de opinión provocado por las críticas políticas a la hibernación del Parlamento.

Además del análisis sobre el enfrentamiento con las demás fuerzas políticas, el informe de gestión de la ejecutiva socialista defiende la política económica, cuyos resultados considera tan excelentes como para que Ios agentes sociales, trabajadores y empresarios", se feliciten también de ella. El citado órgano de dirección entiende que la positiva evolución de la economía "no ha sido sólo obra del Gobierno, sino obra de todos", y añade que "sin la aceptación consciente por parte de los sindicatos del principio de moderación salarial no hubiera sido posible; tampoco se hubiera producido sin la existencia y el florecimiento de empresarios emprendedores".

Otra clave es el reconocimiento de insuficiencias en la política social. "En el terreno de la sanidad existen necesidades acuciantes que atender. En el terreno de la justicia, en tanto que servicio público, la situación es similar. Está aún por formular un conjunto de políticas que, desde todos los sectores del bienestar, asegure oportunidades de integración social a los jóvenes sin empleo, a los parados de larga duración y a los colectivos marginados por la crisis económica".Y se insiste en la idea -ya expresada por Alfonso Guerra en la campaña de las elecciones municipales y autonómicas de 1986, que le valió fuertes críticas- de que "ser socialista es, ante todo, estar del lado de los pobres, de los marginados, de los que sufren injusticias sociales, y buscar la desaparición de la pobreza, la marginación, la desigualdad y la desventaja social".

También se reconocen fracasos en la reforma de la Administración: se han intentado políticas de racionalización, pero queda casi todo por hacer, viene a ser el resumen de una larga argumentación al respecto.

Capítulo importante es el problema terrorista, sobre el cual se arroja menos triunfalismo que en otras materias, al tiempo que se reitera un llamamiento expreso a los responsables de los medios de comunicación para que, "en función del compromiso que adoptaron en su día en defensa de las libertades", se esfuercen en la búsqueda de "una posición homogénea en el tratamiento informativo del fenómeno terrorista".

El informe está destinado formalmente al 31º Congreso del PSOE, cuya primera sesión estará dedicada a discutir y votar la gestión de la ejecutiva saliente. No obstante, la dirección del partido va a publicar íntegramente el texto en El Socialista, con anterioridad al congreso, a fin de que su postura llegue a todos los militantes antes del debate.