El cardenal Suquía destaca el papel de los padres en la futura reforma educativa

El presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Ángel Suquía, dijo ayer que las reformas educativas deben ir encaminadas a un objetivo, que es la transformación de la sociedad, y esto comienza por la escuela. En este sentido, resaltó el papel de los padres en la futura reforma educativa española.En su intervención en la apertura de las jornadas de estudio sobre la Reforma del Sistema Educativo, organizadas por el Consejo General de la Educación Católica, a las que asisten más de dos mil personas de todos los sectores educativos, el cardenal Suquía indicó que los católicos no han tomado en serio las advertencias del Concilio Vaticano II, y de los dos últimos sínodos, sobre la obligación que tienen los padres de enseñar a la prole y defender la dignidad y autonomía de la familia.

Sobre el papel de la Iglesia en la escuela, según informa Europa Press, el cardenal Suquía afirmó que tiene como objetivo irrenunciable la evangelización. Dar testimonio de Jesucristo con la palabra y con la vida. Resaltó que la educación religiosa contribuye a la construcción de una sociedad más humana y más justa.

Por su parte, el secretario general de Educación, Pérez Rubalcaba, hizo un análisis de la reforma educativa que pretende llevar a cabo el Ministerio de Educación e insistió en la necesidad de conseguir un consenso posible y deseable entre todos los estamentos implicados en el sistema educativo. El ministerio, subrayó, se va a mantener firme en su propuesta de reforma (le la enseñanza, pero "no está dispuesto a forzar una solución unilateral que no responda a lo que apruebe una mayoría".

Consenso

Pérez Rubalcaba añadió que: actualmente existe consenso en cuatro puntos: hay que ampliar la educación obligatoria y llegar a los 16 años; hay que introducir cambios importantes en la educación infantil, haciéndola educación de cero a seis años; hay que renovar las enseñanzas técnico-profesionales; es necesario conseguir un sistema educativo de más calidad.El secretario general del mínisterio afirmó que el proyecto afecta al futuro de la sociedad española con una reforma que será lenta, pero perdurable en sus efectos, como ha ocurrido con la ley general de Educación de 1970, que aún está sin desarrollar. Lamentó el desajuste que se produce entre el final de la EGB y el comienzo de la media.

En la mesa presidencial estuvieron, además del presidente: de la Conferencia Episcopal, cardenal Angel Suquía, el presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza, José Delicado Baeza; el secretario general de la FERE, Martín Jiménez; la presidenta de la Confederación Católica de Padres, Carmen de Alvear, y el secretario del Consejo para la Educación Católica, Lorenzo San Pablo. También asistieron el vicepresidente del episcopado, Elías Yanes, y los obispos auxiliares de Madrid, Agustín García Gascó y Javier Martínez.