Una película gustosamente provocativa

Después de El soplo del corazón, vista el pasado lunes en el ciclo sobre Louis Malle -en versión original subtitulada, agradable sorpresa que tuvo su lado triste al día siguiente, al no emitir así Julio César, como previamente se había anunciado; cosas de la tele-, vuelve el cineasta a husmear en el carácter adolescente, o mejor infantil, en La pequeña, película suya ya americana, y recordemos que en ese viaje yanqui de nuestro director francés, antes de su reciente regreso a los orígenes con Au revoir les enfants -más niños-, permanecen algunas maravillas célebres, como Atlantic City, y otras lamentablemente no tan célebres, como Mi cena con André o Gods country, de dificil encaje comercial -y que tendrían su espacio idóneo en este actual ciclo dedicado a Louis Malle-.La pequeña es una nueva piedra de escándalo en la virtuosa carrera de Malle, como antes lo fueron Los amantes y El soplo en el corazón -o Lacombe Lucien, sobre el tema del fascismo, película tristemente ausente del ciclo-, al referir la vida, el vivir diario, de una prostituta de 12 años en la barroca Nueva Orleans de principios de siglo. Y una prostituta de 12, ahí está el detalle mayor, se diría que feliz en su profesión, encantada de su hábitat burdelero.

La película no llega a la penetración -entiéndase el sentido, por favor- de Atlantic City -que por algo es la obra maestra de Malle-, pero es bella e inteligente. Inteligente porque Malle pasa enteramente con su cámara por los interiores del burdel, sus fulanas y clientes, sin disparar discursos morales, sólo dando fe de lo que su ojo percibe, que es también nuestro ojo sobre la pantalla y ya sacaremos nosotros nuestras propias conclusiones. Y bella porque la época y ese sur tennesseewilliamsiano se lo ponen fácil a decorador, fotógrafo experimentado en flous y maquillador. Si se quiere atravesar el velo del color y contactar erógenamente con el fondo, el mohín de una decadencia intuida y unas vidas replegadas sobre sus propias miserias, entonces el espectador echará de menos la capacidad de profundización demostrada por Malle en otras ocasiones. Por eso su película, inteligente y bella, no es redonda. Destaquemos lo gustosamente provocativa que luce Brooke Shields, actriz que de La pequeña a nuestros días no ha sabido aprovechar sus encantos, perdiéndose en un océano de películas blandas y débiles erotismos. Su Violet de esta noche es el papel de su vida.

La peqeña se emite hoy, a las 21.10 horas, por TVE-2.