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El futuro de 'Gringo' Honasan

El coronel golpista filipino se escondía debajo de la cama cuando fue detenido

Un filipino anónimo ha cobrado ya los 250.000 pesos (1,5 millones de pesetas) por haber dado el chivatazo que permitió la captura, el pasado 9 de diciembre, del coronel golpista Gregorio Gringo Honasan, escondido debajo de la cama en la casa de Guillermo Hernández, un antiguo colaborador de Juan Ponce Enrile. Una captura pactada, según algunos comentarios de la Prensa filipina, que desactiva, al menos a corto plazo, el riesgo de nuevos intentos de golpes militares contra la presidenta Corazón Cory Aquino pero que abre ahora la incógnita sobre cómo acabará el caso Gringo, un indiscutible líder militar cuyo futuro se debate hoy entre el peso de una fuerte condena judicial y las peticiones de amnistía.

"Ha sido el mejor regalo de Navidad para Cory", comentaba un responsable del Ministerio de Asuntos Exteriores filipino en relación con el arresto de Honasan, que el viernes fue expulsado del Ejército junto a otros 13 oficiales implicados en el intento de golpe del pasado mes de agosto.Una detención que en el anochecer del pasado 9 de diciembre revistió todas las características de la movida filipina. Unos 40 hombres del cuerpo de elite de los marines irrumpieron en la casa de Guillermo Hernández -curiosamente, un antiguo colaborador del senador Juan Ponce Enrile, el hombre que junto con Gringo dio el golpe anti-Mar cos en febrero de 1986-, en el barrio residencial de Las Villas de Valle Verde. Después de 45 minutos de búsqueda, los militares estaban dispuestos a retirarse cuando el general de brigada Ramón Montano insistió para que sus hombres "registrasen bien".

Acabaron encontrando a Honasan escondido debajo de una cama, lo que dio pie a jocosos comentarios por parte de la presidenta Aquino, que había sido víctima de los infundios de un editorialista de la Prensa de Manila que había hablado a su vez de que Cory se escondió debajo de la cama cuando Gringo y sus militares golpistas intentaron derrocar al Gobierno de Aquino en la noche del pasado 28 de agosto

"Amigo mío, amigo mío, siento ser uno de éstos, pero debo cumplir con mi deber", comentó el coronel Antonio Santos en el momento de detener al carismático Gringo, que desde hacía casi tres meses campaba por Manila y sus alrededores dando entrevistas clandestinas a la Prensa sin que los militares y la policía hubiesen logrado cumplir las órdenes presidenciales para detener al que era el hombre más buscado de toda Filipinas. Honasan cayó en manos de sus compañeros de armas justo cuando había convocado a dos periodistas, un norteamericano y un filipino, para hacerles unas declaracionesComedia 'moro-moro'"No ha sido ninguna comedia moro-moro ni se ha pactado su rendición", zanjó el jefe del Alto Estado Mayor, el general Fidel Ramos, al informar posteriormente a la Prensa de los pormenores de la detención de Gringo.La alusión a la comedia moromoro hacía referencia a los todavía populares, particularmente en la isla de Mindanao, sainetes entre moros y españoles que datan aún de la época de los casi 400 años de colonización española de las islas Filipinas. Sin embargo, la Prensa alude a diversos casos de negociación indirecta entre militares fieles al Ejército que dirige Ramos y el popular golpista Honasan. Inmediatamente después de su detención, Honasan fue recibido por el propio general Ramos. A continuación fue trasladado a un barco militar anclado en la bahía de Manila, donde tiene libertad para recibir a su mujer y sus hijos, a la espera de una eventual cárcel de cinco estrellas para el priionero más incómodo de la presidencia de Aquino.

Según Gringo, él no fue el líder del sangriento intento golpista del 28 de agosto, que causó 53 muertos, heridas a otros 300 -incluido el hijo de la jefe del Estado- e hizo tambalear la presidencia de Cory Aquino, con un ataque armado a su residencia privada que sólo logró ser contrarrestado por los soldados fieles en el mismo jardín de la residencia de Cory, situada frente al palacio de Malacañang. Gringo, al hablar tras su detención ante el Comité de Defensa del Senado, se mantuvo firme en los principios que según él originaron la "decisión colectiva" contra Cory en aquella noche de agosto: mejorar la condición de los militares, activar la lucha contra la guerrilla comunista y -aunque no lo dijo en esta ocasión ante el Senado- formar una junta cívico-militar que diera paso al poder a los ambiciosos jóvenes oficiales del Movimiento Reformista (RAM), del que Gringo Honasan es su líder y héroe.

No en vano, después del fallido intento golpista, Cory Aquino aumentó la paga a los militares; licenció a sus más íntimos colaboradores, tachados de demasiado liberales por los militares, como su influyente secretario de la Presidencia, Joker Arroyo, o el ministro de Finanzas, Jaime Ongping -que se suicidó hace unas semanas en Manila, al parecer víctima de una depresión después de perder su cargo de aliado de Cory-, y originó la ruptura entre Cory y su vicepresidente, Salvador Laurel, desestabilizando el programa de transición democrática puesto en marcha por Aquino tras la caída del dictador Ferdinand Marcos, el 25 de febrero de 1986.

El Tejero & Filipinas

¿Qué va a ser de Gringo Honasan, el golpista que sin duda admira la mayor parte de los jóvenes oficiales del Ejército filipino? "Queda sujeto a la justicia militar por rebeldía", zanjó sin ambigüedades el general Fidel Ramos. Empero, algunos comentaristas de la Prensa filipina hablan ya de la "necesidad de una amnistía". No sólo la Prensa; también la propia esposa de Gringo se interroga públicamente por qué, si Cory ha amnistiado en -el pasado a líderes de la guerrilla comunista -de nuevo en la clandestinidad o en la cárcel-, no debe hacer lo mismo con su marido."En una democracia hay que juzgar a los rebeldes", escribe, por su parte, Amando Doronila, el influyente comentarista del Manila Chronicle, hablando de lo que hizo el Gobierno español con el teniente coronel Antonio Tejero. En cualquier caso, con la detención de Gringo Honasan, Cory Aquino parece haber desactivado la espoleta para nuevos movimientos progolpistas, aunque el personaje de Gringo Honasan continúe muy vivo entre los rangos del cada vez más influyente nuevo ejército de Filipinas".

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