Suspensión de clases en Arquitectura por amenazas de bomba
La comisión de gobierno de la Escuela de Arquitectura de Madrid ha decidido la suspensión hasta el año próximo de las clases, a raíz de las amenazas de bomba que se reciben a un ritmo de unas dos veces por semana desde comienzos de curso.Según fuentes de alumnos que asistieron a la comisión, ésta decidió, al margen de la suspensión de clases, no dar importancia en lo sucesivo a las amenazas. Al parecer, la facultad de Filosofía de la Complutense también sufre este tipo de plaga.
El martes la escuela fue desalojada por décima vez desde el mes de octubre. Ese mismo día, después del desalojo, que se realizó a las once de la mañana, se produjeron a mediodía dos pequeños incendios, uno en los archivos de Javier Seguí, catedrático de Análisis de Formas, y otro en el de Javier Carvajal, catedrático de Proyectos, ambos sofocados por los bomberos.
"Los incendios fueron simultáneos", señaló Félix Soriano, director de la escuela, "por lo que tenemos la certeza moral de que fueron intencionados". Los incendios destruyeron maquetas, planos y dibujos de los alumnos de ambas cátedras.
Soriano, que dijo no tener ni idea de las motivaciones de estos actos, añadió que las llamadas suelen producirse en miércoles o viernes y que en cada ocasión ha intervenido la policía, que ha registrado los locales sin resultado.
Según una alumna de cuarto curso, los bedeles, tras recibir las llamadas pasan por las clases y avisan de la obligación de desalojar. "Salimos bastante tranquilos, porque ya estamos acostumbrados", añadió, "pero los bedeles y los empleados del bar están muy nerviosos, sobre todo estos días".
Alrededor de 5.000 alumnos de la escuela tienen que salir ordenadamente en cada desalojo. "La gente está harta", añadió, "estamos continuamente suspendiendo las clases, esto es una pasada".
Por su parte, fuentes de la Jefatura Superior de Policía aseguraron que la intervención de las líneas telefónicas para localizar el origen de este tipo de llamadas no se puede realizar sin la autorización del juez, tras la correspondiente denuncia. "Y el juez no suele autorizarlo", añadieron estas fuentes.
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