Teherán desmiente que Jomeini se encuentre en coma
En Yamarán, una zona residencial situada en las boscosas colinas del norte de Teherán, late desde hace siete años el corazón del gran ayatolá Rubola Jomeini, guía espiritual de la revolución islámica iraní, el hombre que logró instaurar en pleno siglo XX un Estado teocrático. En los últimos días se han multiplicado los rumores sobre una efectiva o inminente detención de ese corazón octogenario. Se ha llegado a decir que se encontraba en coma. El presidente del Parlamento iraní, Hachemi Rafsanyani, desmintió ayer esas informaciones, que calificó de "propaganda" de la Prensa occidental.
En una entrevista concedida al diario iraní Keyhan y reproducida anoche por la agencia oficial iraní, Irna, Rafsanyani, virtual número tres del régimen, pero que aspira a suceder a Jomeini, asegura que "la propaganda de los medios occidentales (...) sobre la salud del ayatolá Jomeini no refleja más que su propia futilidad".Durante la recién terminada cumbre vienesa de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el rumor de que Jomeini había muerto y su fallecimiento estaba siendo ocultado por sus sucesores despertó tanta o más pasión que las divergencias, sobre el precio del barril de crudo. El asunto no hubiera trascendido de no haber publicado ayer el prestigioso diario británico The Times una información en primera página según la cual el ayatolá está gravemente enfermo, de hecho, en situación de coma. Según The Times, Jomeini se encuentra atendido por un equipo de médicos reforzado urgentemente con doctores occidentales.
La información llegó al rotativo londinense de fuentes de Viena y Teherán, aunque fue desmentida por el ministro del Petróleo iraní, Gholamreza Aqazadeh, en la propia capital austriaca, donde se encontraba asistiendo a la reunión de la OPEP. No obstante este desmentido, los asistentes a dicha reunión percibieron una actitud extraña en la delegación iraní que podría muy bien corresponderse con la paralización de la actividad gubernamental en Teherán provocada por la crisis de Jomeini.
El equipo médico occidental que ha llegado a Teherán esperaba atender a Jomeini en un pequeño hospital construido junto a la residencia del líder iraní. Es un centro equipado con tecnología alemana y especialmente dotado para hacer frente a dolencias coronarias y renales, así como a problemas de próstata, los tres tipos de dificultades que viene padeciendo Jomeini en los últimos años.
Un neurocirujano consultado por el rotativo londinense ha señalado que el dirigente iraní también viene sufriendo problemas neurológicos, aunque de menor importancia, y atribuye el eventual coma a la posible rotura de algún vaso, si bien cree que Jomeini tiene buenas posibilidades de recuperación.
Hace varias semanas, el semanario francés L´Express sugería ya la pista vienesa, al afirmar que doctores de esa nacionalidad trataban a Jomeini de un gravísimo tumor cerebral.
Diversos desmentidos a la información de The Times llegaron ayer desde Viena, París y Teherán. Fuentes médicas de la capital austriaca calificaron de "improbable" el desplazamiento de doctores vieneses a Irán para atender al líder islámico. Ninguno de los grandes hospitales vieneses estaba al corriente de tal misión, y el profesor Gerhard Fellinger, que habitualmente atiende a iraníes heridos por armas químicas, declaró que la noticia de The Times no tenía fundamento.
La agencia France Presse, por su parte, contactó telefónicamente desde París con vecinos del barrio de Yamarán, que calificaron der "normal" la situación en torno a la residencia de Jomeini. Ni la vigilancia de los pasdaran se había incrementado ni se registraba un particular movimiento de personalidades. Radio Teherán emitió, finalmente, un sutil desmentido, al anunciar que el ayatolá había recibido en la mañana de ayer en la mezquita colindante a su vivienda particular a familiares de las víctimas y de los prisioneros de guerra iraníes. "El imam Jomeini respondió a las aclamaciones de la multitud", afirmó la emisora, que señaló, no obstante, que fue el ayatolá Mehdi Karrubi quien dio la bienvenida a los visitantes.
El pasado 10 de diciembre, Jomeini hizo su última aparición de importancia: recibió en sus estancias privadas a los principales dirigentes del país, a los que entregó una nueva versión de su testamento político, con el fin de que lo sellaran y custodiaran. En la reunión estuvo presente el ayatolá Husein Montazeri, de 65 años, designado sucesor de Jomeini. [Sin embargo, este cambio testamentario ha sido interpretado como un triunfo del grupo formado en torno a Rafsanyani, desde hace tiempo enfrentado a Montazeri, informa Rafael Fraguas. Según fuentes próximas a Yamarán, el nuevo testamento es fruto de las presiones del gran ayatola Asari Quorni, un septuagenario de la línea más conservadora del clero y apuntaría hacia una sucesión colegiada de tres o cinco ayatolas, en lugar del paso automático del poder a Montazeri.]
Jomeini fue hospitalizado el 24 de enero de 1980, a raíz de una seria crisis cardiaca. Desde entonces ha tenido que renunciar a residir en su querida ciudad santa de Qom, para instalarse en Yamarán, al lado de una pequeña mezquita.
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