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Redada de antijomeinístas en la región de París

Lluís Bassets

Varias decenas de ciudadanos iraníes, pertenecientes a la organización armada antijomeinista Muyahidin del Pueblo, fueron detenidos ayer de madrugada en la región de París, en una amplia operación policial. Según el Ministerio del Interior francés, los muyahidin "se dedicaban dentro de esta organización a acciones militantes que atentaban gravemente al orden público". Los detenidos se encuentran en situación de retención administrativa, en espera de ser expulsados.

El Ministerio del Interior se ha negado a proporcionar la cifra de los iraníes detenidos y el país elegido para su expulsión. Un portavoz de los muyahidin, Rehzad Naziri, ha asegurado que esta operación forma parte del rescate pagado por Francia a Jomeini por la liberación de Jean-Louis Normandin y Roger Auque, secuestrados en Beirut hasta el 27 de noviembre.Ésta es la segunda vez que el Gobierno conservador francés accede a los deseos de Teherán respecto a los opositores iranies instalados en París. El 7 de junio de 1986, el dirigente de los muyahidin, Masud Radjavi, abandonó su residencia en París y se trasladó a Irak, convencido por los argumentos de las autoridades francesas. Trece días después, dos rehenes franceses en Líbano eran liberados. Rayavi, en un telegrama dirigido al presidente francés, François Mitterrand, ha asegurado que los detenidos son todos refugiados políticos en situación legal. El dirigente de la oposición iraní asegura que la acción es fruto de "un mercadeo innoble con la dictadura más terrorista del mundo".

La expulsión de los opositores iraníes residentes en Francia era una de las condiciones para la normalización de las relaciones diplomáticas entre los dos países, exigida mucho antes de la guerra de las embajadas, que supuso la ruptura de toda relación y el cerco durante cinco meses de las respectivas legaciones.

Teherán exigía, además, la devolución de la deuda Eurodif (generada por el proyecto de construcción de una central nuclear, anulado con la revolución islámica), el cese de suministros militares a Irak y la liberación de Anís Nacache, jomeinista condenado a cadena perpetua por intentar asesinar a Chapur Bajtiar, ex primer ministro del sha. A estas peticiones se añadió, con la guerra de las embajadas, la retirada de la fuerza naval francesa del Golfo y la liberación de Wahid Gordji, traductor iraní acusado de actividades terroristas. Un paquete sustancial de las condiciones pedidas por Teherán ha sido cumplido en pocos días. Francia se ha mostrado dispuesta a pagar 330 millones de dólares de la deuda, ha resuelto la guerra de las embajadas, ha detenido a los opositores, ha ordenado al portaviones Clemenceau, destacado en el Golfo, que descanse en Yibuti sólo 20 días después de hacerse a la mar, y, según la Prensa norteamericana y británica, ha pagado un rescate a los secuestradores de Normandin y Auque y suministrado recambios de armas a Irán. En todo caso, una fuente próxima a medios iranies en París ha asegurado que el envío de armas francesas a Irak van a disminuir.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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