La música, ahogada por el sonido

El crecimiento de la industria discográfica, o, para estar más de acuerdo con los tiempos, la industria de música grabada, ha creado una especie de nuevo Olimpo con sus propias reglas de juego. Las estrellas del pop surgen, brillan y deslumbran; algunas titilan, otras son sólo reflejos que desaparecen tan rápidamente como aparecieron. La maquinaria que las sostiene no es, en muchos casos, el valor de su aporte musical, sino una poderosa estructura de promoción en el momento oportuno. Pero la música, lo que llamamos música innovadora o simplemente de calidad, ¿qué papel tiene en este juego?.

El cementerio del disco ha dejado enterrados entre sus surcos a infinidad de gente que lo intentó, lo logró y lo perdió. Un buen número de ellos tiene como único mérito el esfuerzo y empeño que puso en su corta carrera, casi un golpe de suerte. Muchas de las canciones que popularizaron y que se cantaron en todos los rincones de los países más distantes merecen haberse olvidado. Entre ejemplos de la pegajosa y cursi canción melódica y el barullo de música enlatada, se pierde, cuando se logra percibir, la música de nuestro tiempo. ¿Se escribe la historia de la música con los nombres de los Archies, los Shoking Blues, Laura Branigan, Gloria Gaynor, Falco, Sigue Sigue Sputnik, Menudos, Bon Jovi, Poison, Samantha Fox o Sabrina, entre otros cientos?La revolución comercial, en su empeño de difundir masivamente sus productos, ha ido transformando el mundo de la música. Son prácticamente cinco las grandes multinacionales que imponen sus artistas en el mundo: Sony-CBS, RCA, Warner, EMI y Polygram. En las listas de discos más vendidos en España el 84% pertenece a alguno de estos sellos.

Son pocos los sellos alternativos que sobreviven al poder de las multinacionales. En España, Discos DRO, nacido hace seis años, quiso situarse como una propuesta de apoyo al pop nacional. "En esa época las grandes casas de discos prácticamente no editaban a los grupos de pop español", dice Servando Carballar, de DRO. "Ellos consideraban que no había público suficiente y nosotros demostramos que eso no era cierto. Ahora estamos entre las 10 mayores compañías de discos del país", afirma Carballar.

No obstante, aquellas épocas heroicas también han cambiado. "Hace tiempo que la gente ha perdido el espíritu de hacer música por la música", dice Carballar. "Todos los que llegan con deseos de grabar buscan el éxito, y cuanto más fácil mejor. Es como el Hollywood en el que todos soñaban con tener la oportunidad de triunfar. Los que llegan aquí con sus maquetas tienen como una estrella grabada en la frente".

Pero la reflexión de Carballar llega más lejos. Según él, no hay que buscar tampoco en esta época esa pureza de intenciones con respecto a la música. "El pop como producto en sí es resultado de la era del marketing'. En ese negocio se mezclan las campañas de promoción, los videoclips, las giras, la imagen del grupo y la música en el mismo paquete.

Cambios entre los grandes

Entre los grandes que controlan el mercado ha habido muchos cambios en los últimos tiempos. En estos momentos la única multinacional que sigue manteniendo la bandera norteamericana es Warner. RCA ha sido asumida por Ariola, a su vez comprada por la alemana Bertelsmann Music Group (BMG); Polygram pertenece a un grupo holandés; EMI es inglesa y CBS ha sido comprada por la japonesa Sony.José María Cámara, director de BMG-Ariola en España, dice tener una visión roussoniana de este fenómeno. "Las compañías de música alternativa son necesarias; a las grandes nos costaría mucho asumir ese trabajo heroico. Además, ellas están más cerca de lo emergente y les resulta más fácil captarlo".

"Detrás de cualquier carrera mínimamente permanente hay talento. La capacidad de una empresa para engañar al público es muy poca. Con muchos medios se puede lanzar una pompa de jabón, pero no dura", dice Cámara.