El Ayuntamiento admite que la red de control de la contaminación es deficiente
El departamento de contaminación atmosférica del Ayuntamiento reconoce, en un informe elaborado para el proyecto de presupuestos de 1988, que la red automática de control de la contaminación ha quedado obsoleta tras 10 años de funcionamiento. Los equipos actuales presentan deficiencias y no detectan la presencia en el aire de sustancias contaminantes como los hidrocarburos y los oxidantes. La renovación de la red, con un coste aproximado de 245 millones, comenzará el próximo año.
El Ayuntamiento dispone de 20 estaciones de control que sumistran información cada media hora sobre la polución en distintos puntos de la ciudad. La red ha quedado obsoleta y no está en condiciones de aguantar hasta finales de 1988. "A partir de ese momento nadie quiere hacerse responsable de su funcionamiento", concluye el citado estudio municipal.El sistema de control de la polución se creó en 1977. Su objetivo es detectar los niveles medios de humos y de óxido de azufre en el aire. Si se superan los límites máximos fijados por el Plan de Saneamiento Atmosférico (150 microgramos por metro cúbico de humos y 250 microgramos de óxido de azufre), se ponen en marcha medidas tales como la restricción del uso de las calefacciones o la prohibición de aparcamiento en determinadas zonas.
Lucio Pita, director del departamento de contaminación atmosférica, admite en el informe algunas deficiencias de la red actual: carencia de medidores automáticos para los óxidos de nitrógeno, número insuficiente de monitores de monóxido de carbono, ausencia de control sobre los hidrocarburos y oxidantes... La mayoría de estas sustancias son producidas por el millón largo de vehículos que circulan por la ciudad.
La Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat) destaca que, en el caso de superarse los niveles de óxidos de nitrógeno, la situación de alerta atmosférica se declararía con un desfase de más de un día con los equipos de medición actuales, que no están automatizados.Hongo contaminante
La falta de recambios para los actuales sensores de óxido de azufre y la obsolescencia de los sistemas de transmisión de datos provocarán probablemente "el colapso" de la red automática en 1988 si no se renuevan los equipos, advierte el citado informe. El Ayuntaminento ha previsto una inversión de 245 millones para la renovación de la red de control.
El viento y la lluvia han alejado este invierno la amenaza anual del hongo contaminante. Los niveles de polución se han mantenido relativamente bajos.Sólo el pasado fin de semana se alcanzaron valores altos (136 microgramos de humo por metro cúbico y 226 microgramos de óxido de azufre). De momento parecen quedar lejos situaciones como las del invierno de 1985, en que fue necesario restringir drásticamente el uso de calefacciones y limitar el aparcamiento en el centro de la ciudad.El principal responsable de la polución es el tráfico motorizado, según se desprende de varios estudios municipales. La mayoría de los agentes contaminantes (plomo, hidrocarburos, óxido de nitrógeno y monóxido de carbono) proviene en un 90% del humo de los vehículos.
Las calefacciones tienen también su parte de culpa, sobre todo por la emisión de partículas de óxido de azufre. El Ayuntamiento ha subvencionado en los últimos años la transformación de calderas de carbón en instalaciones de gas, y destinará el próximo año 1.500 millones de pesetas para este fin. Otros 25 millones se dedicarán a la mejora de equipos para controlar las emisiones de industrias situadas dentro del municipio.
La asociación Aedenat estima que el Ayuntamiento puede hacer "mucho más por evitar la contaminación". Los ecologistas piden que se reduzcan los límites máximos de azufre en los carbones y que se elimine el plomo de las gasolinas. Critican también el frenazo dado a la implantación en los transportes públicos de gases licuados del petróleo (GLP), que reduce la emisiones contaminantes.
Aedenat solicita al Ayuntamiento que inste al Gobierno central para exigir a las compañías automovilísticas la implantación de sistemas depuradores de las emisiones de los vehículos, así como que se elabore un inventario de fuentes emisoras en la ciudad para atajar mejor el problema.
Los ecologistas piden una ampliación de las zonas peatonales del centro de la ciudad, la potenciación del transporte público y subvenciones económicas para la implantación de fuentes no contaminantes, como la energía solar. Aedenat critica también el retraso en la implantación del gas natural, que en ocho años llegará a 450.000 viviendas madrileñas.
