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Prohibido fumar en el 'metro' de Londres

El incendio del metro de Londres que provocó 30 muertos el pasado miércoles fue provocado, casi con plena seguridad, por una colilla o una cerilla. Los responsables de la investigación sobre las causas del siniestro no se han pronunciado sobre este punto, pero el lunes por la noche todos los viajeros de la red se vieron sorprendidos por el anuncio de que quedaba terminantemente prohibido fumar en las dependencias del metro.

A raíz de otro incendio, en 1984, la dirección del metro prohibió fumar en los vagones y en las estaciones subterráneas, aunque se podía hacer en el resto de las instalaciones. El lunes por la noche se puso en todas las estaciones un anuncio prohibiendo que se fume en cualquier lugar a partir de la barrera de entrada. Tal es la impresión de que el fuego fue provocado por un fumador que ayer se anunció que no habrá renovación de los vigentes anuncios de tabaco.

La primera investigación desarrollada por los bomberos y la policía no va a hacer públicos sus resultados hasta que concluya la que acaba de iniciarse a instancias del Ministerio de Transportes. El responsable de esta última, el juez Desmond Fennell, visitó ayer la estación siniestrada, y de su recién iniciado trabajo ha dicho que no va a ser "ni una caza de brujas ni un salvar la cara" de los responsables del caso, si los hubiera.

El metro de Londres, en especial a partir de la última hora de la tarde, se convierte en lo más parecido que el viajero puede encontrar a un transporte de basura. Cada día se retiran unas 15 toneladas de detritus de vagones, pasillos y escaleras.

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