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Chirac y Thatcher siguen sin ponerse de acuerdo sobre el presupuesto comunitario

Lluís Bassets

'Los primeros ministros de Francia y el Reino Unido, Jaeques Chirac y Margaret Thatcher, respectivamente, no consiguieron resolver sus diferencias sobre el presupuesto comunitario para 1988 en la reunión que celebraron ayer en París, preparatoria de la cumbre de Copenhague, que reunirá el 4 de diciembre a jefes de Estado y de Gobierno de los 12 de la Comunidad Europea.

Las principales divergencias versan sobre la política agrícola común y la política de materias grasas, dos cuestiones calificadas como técnicas por ambos primeros ministros, que quisieron mininizar las divergencias en nombre de la unidad de puntos de vista existente en múltiples cuestiones bilaterales e internacionales.Margaret Thatcher llegó a media tarde a París procedente de Belfast, después de asistir a los funerales por las víctimas causadas por el IRA irlandés en un atentado hace dos semanas. El viaje de Thatcher fue propiamente a la rive gauche (orilla izquierda), pues no mantuvo ningún contacto con el inquilino de la rive droite, el presidente de la República, François Mitterrand, y regresó a Londres después de cenar. Ambos primeros ministros se felicitaron públicamente del acuerdo entre el presidente y el congreso norteamericanos para la reducción del déficit y expresaron sus esperanzas en la próxima cumbre entre Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov. La situación en el golfo Pérsico, la reciente cumbre islámica de Amman, y la mayor parte de los grandes temas de política internacional y bilateral -como la cooperación antiterrorista, el túnel bajo la el canal de La Mancha o el intercambio de jóvenes- fueron motivo de concordancia de puntos de vista, según expresaron los dos jefes de gobierno en una breve conferencia de prensa. Chirac y Thatcher mostraron su disposición a exigir la aplicación del acuerdo 598 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la guerra entre Irán e Iraq, e hicieron explícita mención de la necesidad de aplicar el embargo a Teherán si no cumple inmediatamente las exigencias internacionales.

Sobre la cumbre de Copenhague, en cambio, a pesar de la expresión de los buenos deseos mutuos para llegar a un acuerdo sobre el presupuesto comunitario, ninguno de los dos primeros ministros escondió las divergencias y anunciaron que seguirán las conversaciones entre los ministros de agricultura. Francia no desea la aplicación de restricciones agrícolas y es partidaria, al contrario que el Reino Unido, de la aplicación de una tasa sobre las materias grasas.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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