Redondo impide que las federaciones sectoriales de UGT pacten con el Gobierno, según el PSOE

La dirección del PSOE considera que desde la cúpula de UGT se está rompiendo el modelo tradicional de funcionamiento del sindicato según el cual sus federaciones sectoriaties gozan de amplia autonomía para negociar convenios. Según las experiencias fallidas de negociación de los últimos tiempos con funcionarios y pensionistas, en el PSOE se tiene la convicción de que "la confederal no quiere llegar a acuerdos". "A estas alturas está claro que Nicolás Redondo no quiere acuerdos con el Gobierno", señaló un miembro de la ejecutiva del PSOE, cuya conclusión comparten otros dirigentes.

Éste fue también uno de los elementos analizados el pasado miércoles en la reunión que el secretario general del PSOE y el vicesecretario, Alfonso Guerra, mantuvieron en la sede federal del partido socialista con los secretarios regionales de la organización. Además de las intervenciones de Felipe González y de Alfonso Guerra, el secretario de organización, Txiki Benegas, expuso un largo informe sobre los pasos que el partido había dado para intentar el acercamiento a UGT, según informó un dirigente de federación."Existió práctica unanimidad sobre la incomprensible actitud de la dirección de UGT", señaló uno de los asistentes, si bien éste apuntó al secretario general de la Federación Socialista Madrileña (FSM), Joaquín Leguina, como el "más reticente".En esa reunión, Txiki Benegas enumeró los intentos del Gobierno y del partido para llegar a acuerdos con UGT: Alfonso Guerra se reúne a primeros de octubre con una delegación de UGT -en esta ocasión fue UGT la que denunció la ruptura del acuerdo-, Felipe González tiene un encuentro con el sindicalista Antón Saracíbar, el PSOE hace un llama miento formal al sindicato y por último, se mantienen negociaciones con la Federación de Administraciones Públicas y con la de pensionistas (véase EL PAÍS del 18 de noviembre de 1987).Las conversaciones con los pensionistas las comienza el presidente del partido, Ramón Rubia], y son continuadas por Alejandro Cercas y Txiki Benegas, de la ejecutiva federal. El 26 de octubre, el acuerdo se firma en presencia del ministro de Trabajo, Manuel Chaves. "La satisfacción fue considerable, tanto como la decepción al recibir días después otro escrito de la Federación de Pensionistas rompiendo el acuerdo una vez evacuadas consultas con la confederal; esto es, con Nicolás Redondo", relata un miembro de la ejecutiva.Subida de pensionesEl acuerdo firmado con la Federación de Pensionistas recogía las siguientes subidas para 1988: para las mínimas con cónyuge, un 7%; mínimas sin cónyuge, 6%; resto hasta salario mínimo interprofesional, 5%; de 42.151 a 84.000 pesetas, 4%; de 84.000 a 187.950, 2.600 pesetas para los acogidos a la ley antigua y un 4% para los que cambiaron a la normativa de 1985. -

El pacto sobre las pensiones mínimas de viudedad para mayores de 65 años suponía un aumento del 11%; las pensiones asistenciales se concedían a los 68 años, y no a los 69 como ahora, y se cifraban en 17.000 pesetas. Por último, las pensiones no contributivas se rebajaban a los 65 años.En cuanto a los funcionarios, "se avanzó notablemente en un acuerdo, aunque en este caso no llegamos, como con los pensionistas, a plasmarlo en un documento", afirma un dirigente socialista. "Nos pedían que anunciáramos públicamente que la'subida era de un 5,5%, cuando era lo único que no podíamos hacer, aunque en la práctica sí, porque eso sería desautorizar al Gobierno; al parecer, eso es lo que quería Redondo", señalaron estas fuentes. Al margen de la reunión celebrada con los secretarios generales de federación, en la que Felipe González comenzó su "ofensiva", lo cierto es que el ambiente mayoritario entre los miembros de la ejecutiva del PSOE es el de "responder" a los ataques de la central sindical, y, sobre todo, se repite la misma conclusión e idéntica constatación: UGT no quiere alcanzar un acuerdo y "la confederal impide a las federaciones que lleguen a un acuerdo con el Gobierno".Influencia de Zufiaur"Se está rompiendo el modelo tradicional y vamos al modelo de USO" (Unión Sindical Obrera), dijo un miembro de la ejecutiva, en clara referencia a la anterior militancia del dirigente ugetista José María Zuflaur, que pasa por ser una (te las personas que más influyen en Redondo.Este análisis, no obstante, no es compartido por todos los miembros de la ejecutiva del PSOE, para quienes el "modelo USO" está siempre "latente"; esto es, una vida sindical independiente y autónoma con respecto del partido socialista. fin voz baja, pero de forma muy extendida, lo que se repite desde el PSOE es que Redondo .quiere poder" no orgánico dentro del partido.En ese sentido, carecería de fundamento, aseguran, que el dirigente sindical quisiera "mover la silla a Felipe González".