El Senado italiano otorga la confianza a Goria para reconstituir la misma fórmula de Gobierno
El primer ministro italiano en funciones, el democristiano Giovanni Goria, logró ayer la confanza del Senado, por 170 votos contra 109, para reconstituir un Gobierno idéntico al anterior a la crisis abierta hace una semana. Mañana, lunes, el debate, conforme a la Constitución, pasará a la Cámara de Diputados, y se prevé que el miércoles, el Goria bis, como se ha bautizado al Gabinete de cinco partidos, obtenga el visado definitivo para iniciar su andadura. Goria dijo en el discurso de presentación que, paradójicamente, la crisis calificada de inútil ha servido para dar mayor cohesión a la coalición.
La oposición, por el contrario, piensa que no ha hecho más que revelar su debilidad inicial, por fundamentarse en una mayoría de programa y no política, después del enésimo rechazo socialista a atarse con pactos políticos a la fórmula del pentacolor.Sin embargo, se han producido algunas novedades respecto al anterior Ejecutivo: se ha resucitado el Consejo de Gabinete, que existía ya en los Gobiernos dirigidos por el líder socialista, Bettino Craxi, formado por 10 ministros encargados de resolver con rapidez los problemas más urgentes. Además, Goria ha tenido que afrontar la petición de los liberales, causantes de la crisis, de llegar a una disminución del gasto publico y a una desgravación de los impuestos directos. Y junto con todo esto, afrontar también los tres problemas nuevos que habían surgido durante la crisis: el nuclear, la justicia y la reglamentación de las huelgas en los servicios públicos.
Por lo que se refiere a los liberales, Goria en realidad no les ha prometido demasiado. Tan sólo una desgravación fiscal de 150.000 millones de pesetas en la primavera próxima, a condición de que para entonces la inflación no haya superado el 4,5%, algo que por el momento parece casi imposible. El Partido Liberal se ha contentado por temor a que, una vez que democristianos y socialistas llegaron a un acuerdo para recomponer la coalición, pudieran quedarse fuera del poder, circunstancia esta que siempre aterroriza a las agrupaciones políticas menores.
En cuanto a los problemas planteados por los recientes referendos, Goria ha propuesto que no se construyan por el momento más centrales atómicas en Italia y que el magistrado que por culpa grave ocasiona daño al ciudadano pague incluso con dinero su negligencia Por lo que se refiere a las huelgas en los servicios publicos, el primer ministro en funciones está de acuerdo en reglamentar de forma legislativa estas acciones.
Plan energético
El Gobierno se comprometerá a preparar un nuevo plan energético, al quedar en suspenso la construcción de más centrales atómicas. Goria propone la suspensión de las obras de la central de Trino-Dos y el cierre de la central de Latina. Según el diario La Repubblica, se ha tratado en realidad "de la esquela de defunción de la energía nuclear en Italia".Sin embargo, desde ahora y hasta que se prepare, se debata y se apruebe el nuevo plan energetico pueden pasar muchas cosas, sin descartar nuevas crisis políticas que, según algunos observadores, están ya a la vista, una vez queden aprobados los presupuestos para 1988.
El tema delicado de la responsabilidad civil de los jueces acabará siendo uno de los nudos más difíciles para Goria. El referéndum ha anulado las anteriores leyes promulgadas por el régimen fascista. Ahora hay que presentar nuevas disposiciones que tengan en cuenta que los ciudadanos quieren que los jueces, cuando se equivoquen, paguen de su pecunio. Precisamente, días atrás se celebró un importante congreso del movimiento Magistratura Democrática en un clima de fuego. Se ha especulado incluso con una huelga de jueces para condicionar la nueva ley.
Es el problema judicial, más que el nuclear, el que podría volver a poner en crisis al Gobierno de Goria. Concretamente se piensa que a más tardar en febrero próximo el pentapartido volverá a enfrentarse con nuevas posibles embestidas, esta vez de los socialistas. Aunque hay quien piensa, en clave. optimista, que la pugna en curso podría acabar al final con un acuerdo serio entre el secretario general democristiano, Ciriaco de Mita, y el socialista, Bettino Craxi.
Si De Mita vuelve a recibir la confianza del congreso de su partido en abril próximo, Craxi no podrá mantener eternamente su actitud de guerra o de guerrilla, como algunos la llaman, con el dirigente democristiano. Ya se habla de un hipotético Gobierno fuerte capaz de acabar la legislatura sin crisis, en el que estén presentes, juntos, De Mita y Craxi, de modo que no puedan hacerse la guerra desde fuera y sean ambos corresponsables del bien y del mal del país. Todo ello si los comunistas, por ahora desconcertados y sin una estrategia, no recuperan brío para evitar un pacto que les, relegaría de nuevo a la oposición.
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