¿Fin del 'ajuste duro'?

En el pasado verano nos enteramos de que los señoritos del PSOE hacen ajustes finos. Lo que seguramente no se imaginaba nadie es que esafinura pudiese ser tan sofisticada como para que el señor Solchaga nos dijese en estos momentos: "El Gobierno da por terminado el ajuste duro". Y esto porque, al parecer, sus previsiones estiman que el producto interior bruto está creciendo sobre un 4%. Claro que también previeron un superávit comercial de 13.294 millones en el primer año de adhesión a la Comunidad Europea y se tuvo un déficit de 8.405 millones. Previeron crear 40.000 puestos de trabajo con las ZUR y sólo llegaron a 7.000. Previeron acabar con el paro y se han tenido que inventar la EPA para camuflar la cifra de los tres millones de parados... Pero ¿cómo es posible hablar de crecimiento económico si las fábricas en ruina son ya una constante del paisaje de nuestras ciudades y no se cesa en la destrucción de fuerzas productivas? Que le pregunten si crece la economía a los 100.000 pequeños empresarios que han desaparecido en la década de 1975-1985 o a los 175.000 autónomos sin asalariados que han corrido la misma suerte. Que se lo preguinten al 1.332.000 obreros que perdieron su puesto de trabajo en la industria. A las 142.000 personas que tuvieron que abandonar el campo en 1986 y a los productores, ya que en ese mismo año la producción agrícola descendió en un 6,7%.Con todo, lo más esclarecedor es ver cómo la dirección práctica que los sesudos economistas del PSOE pretenden llevar a cabo en el futuro va en la dirección contraria a las palabras de Solchaga. En realidad, éstas no son más que el engaño para ocultar el garrote y seguir sangrando a las clases populares. Pues ahí tenemos ya la nueva reconversión en la industria, que, según CC OO, dejará a 70.000 obreros sin trabajo; la del sector pesquero, que implicará a 100.000 trabajadores; las 500.000 familias de agricultores o ganaderos que se verán afectadas por la entrada de Espafi.a en la Comunidad Europea, o la congelación salarial para los obreros.

No deja de ser insólito que, mientras se habla de mejores perspectivas para la economía española, la OCDE, según EL PAÍS del 25 de mayo de 1987, "vaticinó una drástica recesión de la economía mundial para 1992, en un informe dirigido a sus 24 naciones y calificado de

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