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El dólar se deprecio esta semana un 2,5% frente al marco y un 1,6% respecto a la peseta

El descenso controlado de la divisa de Estados Unidos durante la semana que acaba de terminar no hace sino presagiar nuevos movimientos en el mismo sentido hasta que se encuentre un nuevo punto de equilibrio entre las distintas monedas que permita mantener una nueva estabilidad. El dólar se ha depreciado casi el 2,5% frente al marco y una proporción similar frente al yen, mientras que en relación con la peseta lo hizo en un 1,6%. Medios financieros esperan que en esta semana se alcance algún tipo de acuerdo que despeje al menos algunas incertidumbres.

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Economía confía en reducir más los tipos de interés

La baja del dólar, iniciada poco antes que la caída de las bolsas internacionales, es consecuencia de las debilidades internas de la economía de Estados Unidos y se está produciendo mediante intervenciones selectivas por parte de las autoridades monetarias de los principales países industrializados, que tratan así de impedir movimientos especulativos de fuerte empuje. Nadie cree en los acuerdos del Louvre, firmados en París en el pasado mes de febrero, en los que quedó establecido un tipo de cambio del dólar frente al marco alemán y el yen japonés con un cierto margen de fluctuación a partir del cual los bancos centrales se comprometían a intervenir. Nadie cree en estos acuerdos, pero todavía no existen otros sustitutivos y por ello las declaraciones de los responsables políticos de las naciones implicadas no hacen sino repetir su fe en dichos acuerdos.Pero da lo mismo; los niveles de tipos de cambio existentes en la actualidad están ya muy alejados de los pactados en febrero. Y, lo que es peor, se acepta sin problemas especiales que no se va a volver a esos niveles en mucho tiempo.

Las preocupaciones van por otro lado. Tratar de convencer a Estados Unidos para que tome conciencia de sus propias limitaciones y reduzca sus déficit presupuestario y comercial, pero dentro de una banda de reducción que no ponga en peligro el crecimiento económico mundial. Los esfuerzos europeos y japoneses van por esa vía y algo, muy poco, se avanza. Estados Unidos, por su parte, advierte que está dispuesto a dejar caer el dólar hasta donde sea necesario, y a costa de una cierta inflación, con tal de que se no se produzca una recesión económica.

Alemania y Japón se ven empujadas a forzar algo la máquina de su economía, mediante un mayor crecimiento de su demanda interna que permita aumentar el volumen de las exportaciones de países terceros, en especial Estados Unidos, y a bajar los tipos de interés en busca de ese nuevo equilibrio.

Acuerdos difíciles

Nada de todo esto se consigue de repente ni parece que nadie quiera ceder completamente. Hay escaramuzas por todas partes y actuaciones y declaraciones contradictorias. Mientras, el suelo del dólar sigue estando más abajo y los tipos de interés rompen la tendencia alcista de hace unas pocas semanas e inician una tímida rebaja que permitirá algunas alegrías económicas en ciertos países.Las turbulencias monetarias acaban, como era lógico, afectando a otras naciones distintas a las protagonistas. Los países de la Comunidad Europea los primeros, dada la internacionalización de sus economías y la existencia del Sistema Monetario Europeo, que marca límites fijos de fluctuación entre las monedas. El franco francés es la divisa peor tratada y el Banco de Francia no ha tenido más remedio que elevar sus tipos de interés, en contra de la tendencia general, para impedir una devaluación inmediata.

En busca de los nuevos acuerdos que permitan otro período de estabilidad monetaria y se despejen las dudas sobre el posible crecimiento económico, se debe estar trabajando pero no de forma pública. Las reiteradas peticiones para convocar una reunión del grupo de los cinco países más industrializados, o de los diez, no han tenido el eco suficiente como para provocar dichas reuniones. El comité monetario de la Comunidad Europea, integrado por los subgobernadores de los bancos emisores y los directores generales del Tesoro de cada país, se reunió hace nueve días en Madrid y se: trató el tema monetario sin especiales repercusiones. Los gobernadores de los bancos centrales se reúnen este fin de semana en Basilea, en el Banco de Pagos Internacionales, y también hablarán, pero se duda que de ahí salga una propuesta concreta.

Habrá que esperar al desarrollo del mercado en los primeros días de la semana próxima para ver hasta dónde se deja, o se va a dejar, caer el dólar para intentar estimar cuál será el nuevo marco de acuerdo posible. Mientras tanto, el Senado de Estados Unidos aprobó el pasado viernes un presupuesto de urgencia que asegure el funcionamiento del Gobierno federal mientras duran las conversaciones entre el Congreso y la Casa Blanca sobre una eventual reducción del déficit presupuestario para 1988.

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