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Felipe González concluye hoy su "visita de presencia" a Uruguay

ENVIADO ESPECIAL El presidente del Gobierno, Felipe González, comenzó ayer su visita oficial a Uruguay, que concluye a primera hora de la tarde de hoy (hora local), con una serie de actos protocolarios y ceremonias que, según admitió un alto miembro del séquito presidencial, sirven para ocultar la falta de contenido real del viaje. Se trata, dijeron estas fuentes, "de una visita de presencia, porque hay que cultivar periódicamente unas relaciones privilegiadas con latinoamérica".

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En este contexto, resulta natural la escasa entidad de los acuerdos y convenios suscritos entre los dos países, dado, entre otras cosas, que la mayor parte de ellos se encontraban ya en trámite avanzado. El comunicado conjunto, suscrito por González y Sanguinetti, y que será dado a conocer hoy, estaba ya redactado al comienzo de la visita, el lunes.Los periódicos uruguayos publicaban ayer fotografías de un Felipe González informalmente vestido, junto al presidente Julio María Sanguinetti, paseando en barco por las proximidades de la residencia de descanso presidencial en San Juan de Anchorena. Así, estas imágenes informales, que despidieron a González en Argentina, como consecuencia de su visita a las cataratas de Iguazú, le recibieron igualmente en Uruguay.

El comienzo del viaje oficial no tuvo lugar hasta ayer por la mañana (mediodía en España), cuando González y Sanguinetti llegaron, a bordo de un viejo Aviocar, al aeropuerto de Carrasco, donde el primero recibió -esta vez sí, dado que en Argentina no ocurrió lo mismo- honores de jefe de Estado, 21 salvas incluidas.

Situación de Esquipulas

El resto de la jornada, si se excluye una breve conversación de apenas media hora entre las delegaciones, transcurrió en ceremonias oficiales y protocolos más o menos rígidos: ceremonia de colocación de corona de flores ante el monumento al libertador general Artigas, visita al palacio de la Libertad -donde González fue recibido por un grupo de colegialas a los acordes de la canción Y viva España, popularizada por Manolo Escobar, mientras algunos militares uruguayos escuchaban la melodía en posición de firmes-, visita al Ayuntamiento de la ciudad.Entre los temas tratados entre el presidente del Gobierno español y sus anfitriones uruayos ha figurado la mala situación por la que atraviesa el espíritu de Esquipulas para la paz en Centroamérica -cuestión sobre la que, sin embargo, nuestro país en general, y González en particular, evitan pronunciamientos tajantes y concretos más allá de las buenas palabras-.

Otro tema ha sido la candente cuestión aquí de la convocatoria de un referéndum sobre la ley de punto final, eximiendo de toda responsabilidad a los militares que, durante la dictadura (1972-1984), fueron responsables de la muerte o desaparición de casi 200 ciudadanos, fue objeto de las conversaciones privadas González-Sanguinetti.

Medios diplomáticos españoles reconocieron que la convocatoria del referéndum -a la que se opone la mayor parte del Partido Colorado, con Sanguinetti al frente, así como el Partido Blanco, de Wilson Ferreira, con quien hoy se entrevista González- "causa aprensión" y provoca "referencias a golpes de Estado" en las máximas autoridades uruguayas.

Por lo demás, el comunicado conjunto que hoy se dará a conocer se refiere a la firma de convenios de carácter jurídico y en materia de energía, así como de un acuerdo-marco de carácter económico y otro acuerdo de cooperación, este último, acaso el más importante, ya que tiene un monto de 1.000 millones de pesetas.

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