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Expectación en Uruguay ante el viaje del jefe del Ejecutivo español

El presidente del Gobierno, Felipe González, inicia hoy una visita oficial de dos días de duración a Uruguay, rodeado, si cabe, de mayor expectativa aún que en Argentina, ni una sola sombra en el horizonte de las relaciones hispano-uruguayas. Si en Buenos Aires aún pudieron percibirse algunas reticencias de sectores peronistas, que consideraron que la visita de González apoyaba directamente al radical Raúl Alfonsín, éste no es el caso uruguayo, donde las relaciones del jefe del Gobierno español con todas las fuerzas políticas son excelentes. Pero, para evitar cualquier sensación de apoyo a una fuerza política específica, González se entrevistará con todos los líderes históricos.Un clima de euforia, derivado de la victoria futbolística del club Peñarol en la Copa América, rodeará la visita de González. El presidente de la República, Julio María Sanguinetti, es un apasionado seguidor del Peñarol, y el contento es perceptible en las calles y en los medios informativos.

Se trata, reconocieron fuentes diplomáticas españolas, de una visita de presencia, con escaso contenido comercial. Los intercambios son escasamente significativos, y tampoco el montante de la deuda uruguaya con España, 11.000 millones de pesetas, preocupa excesivamente a ninguna de las dos partes.

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