El enlace
Jorge Haro, inspector de policía, actualmente en servicio en la delegación española de Tánger, fue durante muchos años el enlace con el confidente Ismael Miquel Gutiérrez, el supuesto jefe de los GAL ahora encarcelado en Tailandia. El funcionario policial aseguró ayer en el juicio oral que tiene "una importante deuda profesional pendiente" con el confidente huido.Sus manifestaciones eran esperadas con expectación, ya que se suponía que guardaba las claves secretas de la actuación de Ismael Miquel Gutiérrez y de su colaboración con la policía. Se esperaba que Haro justificase de alguna manera la trayectoria humana de ese confidente policial, sacado de la delincuencia común, que un buen día se convierte en militante de la extrema derecha.
Pero Jorge Haro -"con un de entre el nombre y el apellido", puntualizó a los magistrados- midió cada una de sus declaraciones y no desveló ninguno de los secretos.
Defendió a ultranza a Miquel y aseguró que había prestado importantes servicios al país y que incluso las fuerzas policiales se habían aprovechado de él.
Las relaciones de Haro y Miquel surgieron en la Jefatura Superior de Policía de Barcelona, en la brigada antiatracos, cuando este grupo estaba dirigido por Francisco Alvárez, quien posteriormente sería nombrado jefe superior de policía en Bilbao. Haro recordó, en su interrogatorio, que en aquel grupo de inspectores se encontraba también Rafael Argüelles, quien durante seis meses estuvo detenido en las prisiones francesas, acusado de intentar secuestrar a un refugiado español, supuesto militante de ETA, con la intención de hacerle pasar la frontera. De aquel experto equipo policial hoy no queda casi nada.
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