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LA BATALLA DE LA UNESCO

Tono conciliador de M'Bow al abrir en París la Conferencia General de la Unesco

Lluís Bassets

Amadou Mahtar M'Bow, director general saliente de la Unesco, abrió ayer en París la Conferencia General de la organización, en la que están representados los 158 países miembros, con un discurso conciliador que ha venido a aliviar las fuertes tensiones expresadas el pasado fin de semana durante la elección del español Federico Mayor Zaragoza como candidato del Consejo Ejecutivo para dirigir la nueva etapa.

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M'Bow realizó una referencia variable y críptica de Mayor cuando aseguró que la Unesco es "el único laboratorio especializa de en el sector de punta que es la bioquímica de la paz en el espíritu de los hombres". A ninguno de lo 3 asistentes se le escapó el detalle de que Mayor, que fue director adjunto y consejero personal de M'Bow, es catedrático de bioquímica. El director general saliente quiso presentar una versión positiva del enfrentamiento, en el que tuvo un gran protagonismo el grupo árabe-africano que le apoyaba. "La organización puede convertir cada divergencia superada en una nueva ocasión de comprensión y de cohesión a escala humana", dijo.En un sentido opuesto, el presidente de la Conferencia General y candidato derrotado a la elección de director general, el búlgaro NikoIai Todorov, expresé en su discurso una nueva actitud de los países del área socialista. "Temo que [la elección del director general] degenere en una actividad que pueda empañar el renombre de la Unesco y la margine entre las otras organizaciones internacionales para un período indeterminado", dijo Todorov. Más adelante subrayó la anormalidad de que un europeo ocupe la máxima responsabilidad ejecutiva de la organización.

La actitud de Todorov, así como las reservas expresadas por los países autoexcluidos de la organización (Estados Unidos, Reino Unido y, Singapur) y la existencia de rumores y conspiraciones en torno a la figura ya casi mítica de un supuesto y fantasmagórico nuevo candidato de consenso hacen pensar que Federico Mayor no ha recibido un cheque en blanco de los países que le han votado, sino que éstos van a ser los primeros en presionarle y en presentarle factura por su elección, mientras que los países árabes y africanos pueden abIandar su oposición y ofrecer su al diálogo y a la colaboración. Flan contribuido a ello las declaraciones de Mayor, expresando su afecto hacia los africanos apenas unos minutos después de su elección, y su negativa a aceptar tanto la ponderación del voto de los países miembros en función de sus aportaciones económicas como una nueva reducción de personal.

Algunos medios, principalmente de países occidentales, no descartan todavía la posibilidad de reavivar una nueva candidatura, aunque algunos portavoces del grupo que ha encabezado la oposición a M'Bow han afirmado a este periódico que se trata de una eventualidad totalmente descabellada, difícil desde el punto de vista jurídico y temeraria desde el punto de vista político, pues serviría para poner de nuevo al descubierto las heridas abiertas por la crisis durante los últimos años y para extender otra vez la duda sobre el futuro de la organización.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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