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LA NOCHE DE LOS PASILLOS LARGOS

El candidato a la dirección general se propone "reintelectualizar" la Unesco

Lluís Bassets

Federico Mayor Zaragoza, candidato del comité ejecutivo a la dirección general de la Unesco, se sentaba con los periodistas, poco después de las seis de la mañana de ayer, en la residencia del embajador de España ante este organismo de las Naciones Unidas. En sus primeras declaraciones dejó claro su propósito fundamental: hay que "reintelectualizar" la organización.

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Sus declaraciones fueron acompañando a la luz del día que se levantaba hasta cerca de las ocho de la mañana. Sonriente, tranquilo, con respuestas perfectamente medidas, Mayor esbozó su programa de acción y quitó hierro a todas las durísimas tensiones que habían rodeado la larga noche de su elección. Repitiéndose una y otra vez, realizó declaraciones en castellano, en francés y en catalán para los medios de comunicación barceloneses. Cortés con todo el mundo, incluso con quienes han votado en contra de su elección, fue parco en agradecimientos, como corresponde a un candidato que ha tenido que superar incluso las reticencias de su propio Gobierno, que le presentaba a la elección. También fue avaro en entusiasmos y en ningún momento dio por hecha su ratificación en la Conferencia General."Treinta votos de un total de 50 considero que es algo extraordinariamente relevante y satisfactorio", dijo. Y añadió: "Me han faltado los votos africanos, que han defendido a su candidato, lo cual me parece muy natural. Puedo asegurarles que me considero también el candidato del grupo africano en tanto que candidato del Consejo Ejecutivo. Fue uno de sus portavoces quien afirmó al empezar el Consejo que todos sabrían aceptar el resultado de un proceso genuinamente democrático, y yo tengo la seguridad de que sabrán mantener este principio, porque el proceso ha sido ejemplarmente democrático".

Su primer gesto simbólico fue declarar su amistad hacia África: "España es un país geográfica e históricamente muy cercano a África. Mi principal preocupación son los países en desarrollo, y entre ellos los africanos ocupan un lugar muy destacado". Pero se ahorró tanto los homenajes como los reproches al actual director general, Amadou Mahtar M'Bow, que ha obstaculizado su elección hasta el último minuto.

Espíritu, fuerza y vigor

Sobre la carta de M'Bow, dirigida a impedir su elección y en cualquier caso a desgastar su candidatura, Mayor no quiso realizar ningún comentario, en nombre de la prudencia y de la calma que deben caracterizar la mentalidad del científico. "No suelo hacer interpretaciones rápidas de escritos que tienen tanta enjundia como éste, y todavía menos en el caso de un personaje que se retira y que escribe efectivamente una carta que tiene contenidos muy diversos de no fácil interpretación", afirmó.

Su silencio sobre M'Bow no evitó, sin embargo, el dibujo de claras distancias entre lo que ha sido la gestión de la Unesco hasta ahora y lo que deberá ser en el futuro: "Más que ser el nuevo director general, lo que me interesa es dar una nueva dirección general a la organización". De lleno ya en la controvertida gestión de la burocracia, afirmó: "Hay que devolver al secretariado la altura, la dignidad y, sobre todo, el espíritu, la fuerza y el vigor que han sido tradicionales en él. Hay gente enormemente competente, y tenemos que utilizar su competencia".

La Unesco, afirmó, "tiene que ser un organismo que tenga la universalidad propia, con un funcionamiento democrático -acabamos de ver que lo es- y con un mayor grado de competencia en el ámbito propio". Habló también de descentralización y de mayor atención a los organismos gubernamentales y no gubernamentales que rodean la organización. Pero el punto más característico de su programa es la "reintelectualización" del organismo, término que apenas esconde el deseo de despolitizar o como mínimo de eliminar la diplomacia mezquina que ha definido los últimos años de controversias y, más en concreto, la larga noche de la elección. "Para la reintelectualización", aseguró, "se necesita que existan recursos y resortes, y un secretariado eficiente que tenga confianza en sí ,mismo".

Mayor Zaragoza, todavía en caliente, y a pesar de la reciente batalla nocturna para su elección, fijó sin una sola duda los puntos de continuidad entre lo que deberá ser su gestión y la de M'Bow. "No habrá más reducciones de personal", aseguró. "Las personas que se dedican a las funciones de la Unesco", afirmó, "siempre son pocas, y tengo la esperanza de que no sólo las superpotencias, sino todos los países, se den cuenta de que su propio desarrollo depende del desarrollo de los países que más lo necesitan". Y añadió: "Es muy simple decir que hay que quitar personal; lo que hay que hacer es reintelectualizar e imponer una maquinaria eficiente, pero no puedo participar de la idea de que debe desaparecer personal de una organización que tiene por finalidad la cultura, lo cual quiere decir la libertad".

Un país, un voto

Mayor considera también que no puede ponerse en duda la actual Constitución del organismo, que proporciona un voto a cada país, independientemente de la aportación económica. Sus referencias, totalmente ortodoxas, a los textos fundacionales y su energía al rechazar una reintegración de Estados Unidos, Reino Unido y Singapur si se produce a costa de los principios, fueron las declaraciones más relevantes desde el punto de vista político.

"El objetivo básico", afirmó el candidato del Comité Ejecutivo, "es que la Unesco sea un órgano eficiente dentro del marco de las Naciones Unidas para promover la paz a través de la educación, la ciencia y la cultura".

Mayor tuvo también palabras emocionadas para los países latinoamericanos, que le han apoya do en la elección con un vigor excepcional, e hizo dos referencias suaves respecto a dos países polémicos.

A Francia, que se ha situado en su contra en la elección, y a Suráfrica, excluida de la Unesco por su política de apartheid. De la actitud de Francia dijo: "Ha tomado otras decisiones, no otra decisión, y no ha sido constante ni permanente en sus fidelidades, pero estoy seguro que lo será en el futuro".

Respecto a Suráfrica, Mayor Zaragoza aseguró que "todo país debe estar en la Unesco, salvo éste, donde hay un problema étnico incompatible con esta organización". nes son adoptadas por mayoría simple de los miembros presentes y votantes.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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