Presidencia mantiene una postura inamovible sobre las bases mientras Defensa se muestra más flexible

Los asesores del presidente del Gobierno para los asuntos de Defensa y Asuntos Exteriores, dirigidos por Juan Antonio Yáñez, son quienes favorecen que el Ejecutivo mantenga una posición inamovible en las negociaciones sobre el futuro de las bases de utilización conjunta hispano-norteamericana, mientras el Ministerio de Defensa, y especialmente los mandos del Ejército del Aire, estiman que puede haber una mayor flexibilidad por la parte española, según aseguran en medios gubernamentales que siguen de cerca el desarrollo de las negociaciones.

Desde Presidencia del Gobierno, de acuerdo con los medios informantes, los condicionantes políticos -tras el referéndum sobre la OTAN y los consiguientes compromisos gubernamentales- hacen imposible que el Ejecutivo pueda ceder en el punto clave de la negociación, es decir, la salida de Torrejón y de España de los 72 cazabombarderos F-16 del ala táctica 401. La propuesta americana de trasladar esos aparatos a la base de Morón ya fue desechada por los negociadores españoles.Desde Defensa, según las fuentes informantes, se valora especialmente el impacto económico que supondrá el hecho de que los estadounidenses abandonen la base aérea de Torrejón. Éste continúa siendo el principal problema que los mandos del Ejército del Aire ven en la posición española. En el Cuartel General del Aire, y desde que comenzaron las negociaciones, se repite que, si los estadounidenses dejan la base madrileña, las Fuerzas Aéreas tendrán que "poner un candado" a la entrada del recinto porque los presupuestos del Ejército del Aire no son suficientes para mantener en activo el complejo.

Los mandos militares señalan, además, que ya fue un error en su día el construir la base, por

deseo americano, tan cerca de Madrid, pero precisan que, en caso de crisis, las Fuerzas Aéreas estadounidenses continuarán utilizando Torrejón, y el Ejército del Aire empleará en esas condiciones incluso el aeropuerto de Barajas, que se encuentra todavía más cerca de la capital.

Imposición española

Por su parte, EE UU mantiene su negativa a que los F-16 abandonen territorio español. La próxima ronda negociadora, prevista inicialmente para el pasado día 21, fue aplazada después de que ambas partes entendieran que las posiciones eran tan opuestas y desde hace tantos meses que no merecía la pena acudir a una nueva reunión si antes no se producía algún indicio de que podía haber un avance.

Sin embargo, las dos partes se comprometieron a señalar a los medios de comunicación, como así lo han hecho, que el aplazamiento se debía a problemas de "agenda y calendario". También acordaron no precisar de quién había partido la iniciativa del aplazamiento, aunque fuentes españolas señalan que, si bien hubo un rápido acuerdo mutuo, la sugerencia inicial se originó en la parte estadounidense.

Para las fuentes españolas, desde Washington se ha hecho llegar estos días el mensaje de que el proceso sobre las bases parece más "una imposición" del Gobierno español que una negociación, ya que el Ejecutivo ha mantenido su posición inalterable desde el primer momento, sin ceder en ningún punto que permitiera avanzar en las conversaciones.

Por parte española, también se indica que EE UU no ha protagonizado en los últimos meses ningún gesto que haga posible un principio de acuerdo.

La fecha para la próxima ronda aún no ha sido fijada, aunque ambas partes aseguran que se producirá a finales de este mes o a comienzos de noviembre. Hasta entonces se van a producir contactos entre ambas partes para estudiar la posibilidad de desbloquear el problema. No obstante, los negociadores españoles ven difícil evitar que el Gobierno se vea obligado a denunciar el tratado el próximo día 14 de noviembre.

Los próximos días 3 y 4, el, ministro español de Defensa, Narcís Serra, y el secretario de Defensa de EE UU, Caspar Weinberger, coincidirán en Monterrey (California) en la reunión del Grupo de Planes Nucleares de la OTAN. No se descarta que ambos aprovechen el momento para intentar encontrar ese acuerdo de principio sobre el problema.