Teodoro Benigno denuncia un compló para asesinar a la presidenta de Filipinas

Un compló para asesinar a Corazón Aquino fue denunciado ayer en Manila por el secretario de prensa de la presidenta, Teodoro Benigno, que citó "fuentes del servicio de inteligencia presidencial", mientras en la capital filipina, con la Negada del fin de semana, renacen los rumores de una nueva intentona golpista por parte de los militares rebeldes.

En relación a las informaciones sobre un eventual atentado contra Cory Aquino, quien poco a poco parece dominar la actual fase de crisis político-militar que vive Filipinas, Benigno indicó que esa "es la única forma con la que se pueden librar de ella". El portavoz explicó a los periodistas que debido a los temores sobre la seguridad de Aquino, incluso la Prensa quedará alejada de los itinerarios de viaje de la presidenta, quien ha iniciado una gira para visitar las unidades militares. En la visita, el pasado jueves, al cuartel de Bulacan los servicios de seguridad presidencial vaciaron los cargadores de los soldados.El portavoz de las Fuerzas Armadas, coronel Oscar Forendo, dijo ayer a los periodistas que otro oficial renegado, el comandante Reynaldo Cabauatan, estaba intentando contratar a ex soldados por 15 dólares (1.800 pesetas) al mes para llevar a cabo otro golpe de estado.

"Ahora sé cómo debo usar el poder", afirma la presidenta en una entrevista que publicó ayer el diario The Manila Chronicle, el más influyente en los círculos políticos y económicos en Filipinas. Aquino se mostró dispuesta a corregir los titubeos de su anterior gestión presidencial, que han contribuido a incrementar el poderío de sus adversarios en los círculos militares y de la extrema derecha. "Mi orden es muy clara en relación al arresto de Gringo Honasan y al hecho de que deberá hacer frente a la ley", explica Cory en su entrevista.

El general de la fuerza aerea Frederico Pasion y otros 40 oficiales han sido acusados de amotinarse y ocupar la base de Villamor, durante el pasado golpe de estado del 28 de agosto, y se les aplicará la ley marcial.

Cory negó toda intención de abandonar su mandato "antes de l992", fecha en que finaliza su término presidencial. También desechó la posibilidad de que prospere el intento de golpe constitucional, montado por la alianza política entre el vicepresidente Salvador Laurel y el senador y líder de la derecha Juan Ponce Enrile. En ese sentido, el vicepresidente Laurel, actualmente en la oposición desde dentro del Gobierno, alegó ayer que estaba dispuesto a aceptar la oferta de Cory de "regresar a su equipo gubernamental", si se define una política clara contra la guerrilla comunista del Nuevo Ejército del Pueblo.

Aquino parece recuperar las riendas del poder, aunque bajo la influencia de los militares leales, como demuestra el firme rechazo, tanto del ministro de Defensa, Rafael Ileto, como del jefe del Alto Estado Mayor, general Fidel Ramos, de reanudar cualquier tipo de negociación con la guerrilla.

Cory negó, sin embargo, que su Administración haya dado un giro a la derecha, y considera que su política es centrista. No opinan así las centrales sindicales filipinas, que en la jornada de ayer movilizaron a decenas de miles de personas en una huelga general que tuvo, sin embargo, escaso impacto el país. Los sindicatos del congreso filipino (moderados) aconsejaron a sus afiliados permanecer en sus casas, en reivindicación de un aumento salarial de 10 pesos (unas 70 pesetas diarias) en un país cuyo salario medio en la industria se sitúa alrededor de los 2.500 pesos mensuales.

Los obreros de unas 1.600 empresas siguieron la huelga, que no llegó a paralizar Manila, a diferencia de la ocurrida el 26 de agosto, justo dos días antes del intento golpista del coronel Gringo Honasan. El Gobierno parece haberse inclinado a aceptar la demanda del aumento salarial, aprobada ya por el Senado. El sindicato de izquierdas Kilusang Mayo. Uno organizó una huelga a lo largo de toda esta semana y reunió a unos 5.000 manifestantes, que denunciaron el carácter "derechista y militar" de la Administración de Cory Aquino.