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La peseta mantuvo en Ia jornada de ayer su tendencia a la revalorización

La divisa española volvió a apreciarse ayer, respecto al dólar, más de una peseta, cambiando a 117,517, y el resto de las divisas de los países más importantes en la sesión del mercado de cambios de ayer. El Banco de España no realizó operaciones de compraventa de dólares a lo largo de la sesión, dentro de la línea básica actual de dejar que la peseta se aprecie lo que impongan las condiciones de mercado. Las reacciones de los expertos ante la brusca decisión adoptada por el Ministerio de Economía y Hacienda e instrumentada por el Banco de España han empezado a salir a la luz dentro de una cierta perplejidad no exenta de ciertos recuerdos del pasado, en los que se daba por supuesto que la peseta llevaba casi implícita una tendencia a la devaluación permanente.Las condiciones actuales son muy distintas a las de entonces. La tasa de inflación se va acercando a la del resto de los países, y ello debe provocar menos fluctuaciones a la baja de la peseta. El déficit comercial español, por el contrario, tiende a crecer en valores absolutos, tanto por el mayor crecimiento que registran las importaciones que las exportaciones y por el mayor volumen de transacciones que está teniendo lugar.

Pero la balanza comercial viene perdiendo importancia en el conjunto en la misma medida que aumenta la presencia de la balanza de servicios, sobre todo el turismo, lo que permite que se mantenga un fuerte superávit de la balanza por cuenta corriente. Si a ello se unen los resultados de la balanza de capitales, especialmente los saldos a largo plazo, se explica la acumulación de reservas (de la economía española.

Bajan los tipos

En estas condiciones, entre algunos expertos empieza a crecer la sensación de que la revalorización de la peseta es solamente el primer paso que permita un descenso ordenado de los tipos de interés, situados en zonas de rentabilidad real muy elevadas por la decisión de llevar a cabo una política monetaria restrictiva para tratar de frenar algo el crecimiento económico.

Proceder a la apreciación de la peseta, según esta tesis, permitiría frenar la entrada de dinero caliente a muy corto plazo, lo que eliminaría tensiones monetarias y, por tanto, se podría favorecer la reducción de los tipos de interés, una de las variables que peores resultados arroja.

De hecho, el Tesoro bajó el jueves el tipo de interés de su emisión de letras a un año y ayer el Banco de España hizo lo mismo en la cesión temporal de letras a tres meses. Más importante fue la reducción de los tipos de interés de las operaciones con las sociedades mediadoras, 0,75 puntos, que anuncia una baja en el precio de las subastas de préstamos de regulación monetaria para irse extendiendo luego al resto del sistema financiero.

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