Pulso de otoño
LOS ESPAÑOLES no son necesariamente más felices, pero contemplan la evolución de la situación política, y especialmente de la coyuntura económica, con un creciente optimismo, según la encuesta correspondiente a otoño de este año realizada por la empresa Demoscopia para EL PAÍS. Los favorables indicadores de la situación económica difundidos en los últimos meses -descenso de la inflación, aumento de la inversión y de la producción- han calado en la conciencia de la gente, que contempla el futuro con mayor confianza. El porcentaje de quienes consideran la situación económica general mala o muy mala desciende del 44% en junio al 32% a fines de septiembre, mientras que aumenta en un 30% el número de los ciudadanos que tienen una valoración positiva. Ello ocurre pese a que la opinión sobre la propia economía familiar apenas varía, aunque apunta una cierta mejora en la estimación.La encuesta muestra un claro paralelismo entre la evolución de la valoración de la situación económica y la de la situación política. Desciende en siete puntos el número de los pesimistas, mientras que los que consideran muy buena la actual coyuntura política aumentan en cinco puntos respecto a la encuesta de comienzos del verano. Esa valoración apenas tiene reflejo en las intenciones de voto de los españoles. El lento descenso del PSOE sigue en paralelo al de Alianza Popular, como viene ocurriendo prácticamente desde 1982, por lo que, en su conjunto, el mapa electoral apenas se modifica. Con todo, la tendencia hacia un mayor pluralismo puesta de relieve en las elecciones locales del pasado 10 de junio se mantiene.
El CDS de Suárez sigue obteniendo resultados inferiores a los de su líder en la escala de popularidad de los políticos. Fraga sigue superando, por escaso margen, a Hernández Mancha, y Felipe González continúa siendo el político más popular. Como caso particular, se observa en el País Vasco una gran permeabilidad entre los votantes de las dos fuerzas en que se dividió el pasado año el PNV, expresada también en el aprecio de cada grupo de electores al líder del sector rival: no sólo es apreciado Garaikoetxea por los que votan a Ardanza, cosa que ya se sabía, sino que los electores del líder de Eusko Alkartasuna muestran también una clara estima por el actual lehendakari.
La encuesta, celebrada una semana antes de la detención en Francia del dirigente de ETA Santiago Arrospide, no permite valorar el efecto que en la percepción del problema del terrorismo hayan podido tener los acontecimientos producidos como consecuencia de esa detención. A fines de septiembre, la mayoría relativa (un 42%) de los encuestados consideraba que el problema de ETA se encontraba peor que hace unos años, y sólo el 10% estimaba que se avanzaba a mejor. Resulta significativo el pesimismo de los jóvenes al respecto: un 23% de los menores de 21 años no ve en el horizonte solución alguna para el problema del terrorismo. Pocos días después de que el presidente del Gobierno reconociera que se habían mantenido contactos con ETA, el 51% de los españoles valoraba positivamente esa actitud, pero era muy elevado, de un 32%, el número de quienes se pronunciaban en contra de cualquier tipo de contactos con los terroristas.
Como cada trimestre, el sondeo incluye una serie de siete preguntas orientadas a poner de manifiesto la evolución de lo que los encuestadores denominan tono vital de los españoles: nivel de autosatisfacción con el propio trabajo, euforia o depresión, ilusión ante el futuro, etcétera. Los resultados revelan un lento desplazamiento hacia una mayor atonía, fundamentalmente determinada por la relativa ausencia de estímulos. El que ello sea compatible con una apreciación más optimista respecto a la evolución de la situación política y económica podría tal vez interpretarse como un signo de maduración de la sociedad española. Hoy, desaparecidas las excesivas euforias y los desmesurados desencantos de los primeros años de la transición, la gente ha aprendido a separar la esfera de lo privado del plano de lo público.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.