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Israel y Francia presionan al Gobierno a través de socios españoles ante el contrato de mejora de los Mirage 3

Carlos Yárnoz

El Gobierno decidirá en los próximos días si Israel o Francia -junto con la empresa Ceselsa, en el primer caso, o Construcciones Aeronáuticas, SA (CASA), en el segundo- realizan el proyecto de modernización de los 24 Mirage 3 de las Fuerzas Aéreas. Uno y otro país, a través de sus socios españoles, presionan estos días a mandos militares y altos cargos del Ejecutivo para conseguir un contrato por valor de 20.000 millones de pesetas, que abrirá al ganador la puerta para hacer operaciones similares con los más de 1.000 Mirage 3 existentes en el mundo, según fuentes militares.

Personas vinculadas a la operación aseguran que ante decisiones de este tipo el Gobierno correspondiente tiene en cuenta los condicionantes políticos oportunos, y en este sentido destacan las buenas relaciones existentes actualmente entre Francia y España. De hecho, las fuentes informantes no descartan que, entre las presiones registradas, el propio presidente francés, François Mitterrand, hubiera planteado este caso al jefe del Ejecutivo español, Felipe González, durante el encuentro que ambos mantuvieron el pasado mes de agosto.Por su parte, la firma Ceselsa ha hecho Regar al Cuartel General del Aire informes sobre las ventajas tecnológicas que para la industria española y para las propias Fuerzas Armadas tiene la oferta israelí.

Carrera de ofertas

La carrera por conseguir el contrato ha empeorado las relaciones entre las dos compañías aeronáuticas punteras en España: Ceselsa, de capital privado y especializada en sistemas. electrónicos, y CASA, integrada en el Instituto Nacional de Industria (INI) y especializada en estructuras de aviones. Con CASA ha presentado su oferta la firma francesa Marcel Dassault, fabricante de los Mirage, mientras con Ceselsa colabora en este proyecto la empresa Israel Industries Aircraft (IAI).

El problema entre CASA y Ceselsa reviste características especiales, ya que el verano de 1986 CASA rehusé colaborar en este programa con IAI, porque su participación en el plan era escasa -un 20%, frente al 80% de IAI- y que el hecho de asociarse con los israelíes podía originar recelos en los mercados árabes.

La primera oferta fue presentada por IAI, con CASA como colaborador, en abril de 1986. Tras la retirada de CASA, Ceselsa tomó el relevo, y como firma especializada en electrónica, logró en negociaciones con los israelíes aumentar su participación en el proyecto hasta cerca del 75%, con la consiguiente rebaja de IAI. Paralelamente, Defensa propuso que gran parte de las mejoras electrónicas en los Mirage 3 se hicieran a partir de sistemas procedentes de los F-18 estadounidenses adquiridos por el Gobierno español, ya que algunos de esos sistemas serán sustituidos por otros más modernos. Este hecho favoreció a Ceselsa, ya que esta empresa ha fabricado el simulador del F- 18 y conoce la tecnología de aviónica de este avión.

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Pero CASA modificó su postura en enero pasado y decidió de nuevo participar en el proyecto. Los contactos para presentar una oferta conjunta entre esta empresa y Ceselsa fracasaron, y CASA optó por pedir la colaboración de Marcel Dassault.

Las modificaciones que se realizarán sobre los Mirage 3 son fundamentalmente electrónicas, y fuentes de CASA argumentan que precisamente se trata de una buena ocasión para introducirse más en ese terreno. En Ceselsa destacan que ya tienen experiencia en ello y que, por tanto, será tecnología española la que se aplique en el programa, mientras CASA deberá aplicarse tecnología francesa.

Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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