John B. West

John B. West formó parte de la expedición de médicos que en 1981 escaló el Everest -tres de sus miembros alcanzaron la cima- para investigar los efectos de la falta de oxígeno en los pulmones humanos. Este médico australiano, especializado en el aparato respiratorio, considera que la mejor manera de conocer los problemas de un pulmón enfermo es averiguar los efectos de unas condiciones extremas en una persona sana. John B. West ha viajado hasta España para ser investido doctor honoris causa por la universidad de Barcelona y para participar en un congreso sobre los últimos avances conseguidos en relación con el intercambio de gases en los alveolos.

John B. West nació hace 59 años en la ciudad australiana de Adelaida, en el seno de una familia plenamente ligada a la medicina. Hijo del jefe del servicio de cirugía ortopédica de su ciudad natal y de una enfermera, obtuvo la licenciatura en 1952 y seis años más tarde el título de doctor en Medicina.Durante los primeros años de su carrera profesional trabajó en algunos de los más prestigiosos hospitales del mundo -entre ellos el Hammersmith Hospital de Londres- pero en el año 1960 rompió con el estudio tradicional que hasta entonces se realizaba de los procesos respiratorios y decidió acompañar a sir Edmund Hillary como fisiólogo pulmonar en la expedición científica que permaneció cuatro meses en el Makalu (Himalaya).

Esta expedición con el primer hombre que ascendió los 8.880 metros del Everest en compañía de su sherpa Tensing fue un preludio de la que 21 años después realizaría en compañía de varios colegas.

En esta ocasión, el equipo de médicos realizó todo tipo de pruebas para recoger la máxima información posible sobre la aclimatación del organismo a unas condiciones ambientales extremas. Entre estos dos viajes al Himalaya West desarrolló un nuevo modelo multicompartimental de pulmón que ha permitido estudiar los problemas clínicos de enfermedades respiratorias a través de una nueva metodología de trabajo, la utilización de los gases inertes, instrumento de trabajo básico en la medicina moderna.

Los conocimientos de West sobre el comportamiento del cuerpo en condiciones extremas hicieron que la agencia espacial norteamericana (NASA) se interesara por su labor. "En la NASA trabajé, además de con otros científicos, con el bioquímico español Joan Oró. Mis estudios van encaminados a analizar de qué modo influye, a corto y largo plazo, la ausencia de gravedad en los pulmones de los astronautas".

Según West, la influencia de la gravedad en el organismo es mucho más espectacular de lo que en principio podría pensarse: "Los alveolos de la zona superior de los pulmones soportan menos peso que los de la parte baja; por ello pueden desarrollarse más, son más grandes y realizan el intercambio de gases con mayor facilidad. Tanto la NASA como yo estamos interesados en saber cómo afecta la ausencia de gravedad en esta distribución, y las investigaciones avanzan por buen camino, a pesar de que por el momento sufrimos un cierto retraso debido al accidente del Challenger", explica.