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Un muerto en enfrentamientos árabe-israelíes en Jerusalén

VICTOR CYGIELMAN Unos 2.000 fieles musulmanes trataron de impedir ayer en Jerusalén la llegada al monte del Templo (donde se encuentran las mezquitas de El Aksa y Omar) de algunas decenas de israelíes pertenecientes al grupo de ultraortodoxo Creyentes del Monte del Templo. Un tiro de revólver disparado a quemarropa produjo la muerte de Igal Shahaf de 24 años, en el momento en que hacía compras en la puerta de Nablús, en el barrio antiguo de Jerusalén.

Los jóvenes musulmanes mantuvieron sus enfrentamientos con la policía durante varias horas antes de ser dispersados por ésta con bombas lacrimógenas. Se efectuaron decenas de detenciones.[Una persona que se identificó como perteneciente a la Fuerza 17 de la OLP reivindicó en una llamada telefónica a la agencia France Presse la autoría del disparo contra Igal Shahaf.]

Según fuentes palestinas, la policía persiguió a los jóvenes hasta la mezquita de El Aksa, la más sagrada de todas. La policía israelí desmiente que sus fuerzas penetrasen en la mezquita y alega que "han sido los guardianes musulmanes que patrullan en tomo a la mezquita los que penetraron en ella, persiguiendo a los promotores de los desórdenes'.

El sábado, en Hebrón, en la Maarath Hamakhpela, el lugar sagrado de los judíos, y donde, según su tradición religiosa, están enterrados los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob, se produjo un duro enfrentamiento entre judíos y musulmanes a causa de que estos últimos transportaban un ataúd, lo que violaba la norma establecida por el gobierno militar, que prohíbe la presencia de cadáveres en una sinagoga o en cualquier lugar destinado por los judíos a la oración. El viernes pasado, un israelí resultó muerto en el curso de enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes a raíz de un acto religioso organizado en el Colegio Islámico de Gaza.

Un común denominador parece existir en todos estos incidentes y en los estallidos de cólera de los palestinos. La mayor parte de los enfrentamientos se producen por la defensa del islam y no son expresión del nacionalismo palestino. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) no está detrás de la nueva ola terrorista, sino los jóvenes musulmanes enardecidos por los sermones de los líderes religiosos y por los fundamentalistas islámicos. Así, nos encontramos no ante una lucha nacional palestina contra los ocupantes israelíes, sino de un enfrentamiento entre musulmanes y judíos.

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