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LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

Mercedes Galdós avisó por carta a 'Potros' de que había fugas de información en ETA

La etarra Mercedes Galdós Arsuaga, Bittori, considerada la activista más sangrienta de ETA después de haber sido condenada por su participación en 17 asesinatos, avisó por carta a la dirección de ETA de que se habían producido algunas extrañas fugas de información en la banda terrorista. La carta de Mercedes Galdós, detenida en Pamplona en abril de 1986, llegó poco después a la dirección de ETA en el sur de Francia y fue encontrada entre la documentación intervenida al dirigente etarra Santiago Arrospide Sarasola, Santi Porros.

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La detención en Francia del dirigente de ETA Santiago Arrospide, Santi Potros, hace 11 días, ha permitido a la policía obtener una valiosa información sobre los entresijos de la organización terrorista y la correspondencia entre sus miembros. Los últimos acontecimientos han acarreado un desgaste psicológico entre los simpatizantes de ETA en el sur de Francia: en apenas una semana, París ha expulsado a 55 exiliados vascos españoles, ha enviado 12 a Argelia y tiene pendientes otras tres deportaciones a Venezuela. Además, se han producido importantes detenciones. Mientras tanto, Felipe González habla con los demás partidos para reformar la normativa antiterrorista."La detención", dice la terrorista, "fue hacia las 8.20 de la tarde. Ese día habíamos quedado con Fermín Elicetxe a las 6.15 de la tarde (Fermín es el que tenía la lonja) para recoger el material; después de hablar un poco con él nos dirigimos los tres, Txato, Fermín y yo, a la residencia, donde, tras dejar a Fermín en el bar, Txato y yo fuimos a la puerta principal a recoger el material, el cual, como ya supongo sabéis, llegó puntual"."Después", continúa, "de recoger este material nos fuimos los tres a la bajera; allí miramos lo que nos habíais mandado y tras coger el aparato a distancia para comprobar si funcionaba salimos los tres de la bajera. A la salida, y cuando nos dirigíamos al coche, vimos que una persona hacía una maniobra bastante rara y que, al montarnos en el coche, él se montaba en otro que estaba aparcado cerca del nuestro. En este momento también vimos que en otro coche había otro individuo dentro y que, al igual que el otro, ponía el coche en marcha una vez de haber puesto el nuestro. Me pareció un poco raro y comenté con Txato y Fermín pero no le dimos demasiada importancia, aunque al bajarnos del coche, a unos 500 metros de la bajera, me estuve fijando a ver si de los coches que venían detrás nuestro se bajaba alguna persona".

"No vi nada", añade "por lo que me tranquilicé (ésta es la única vez que he visto algo raro y creo que es la única vez que nos han seguido) pues no sabían nada de lo que habíamos hecho los días anteriores y aunque me decían que ese día nos habían visto juntarnos con Fermín yo tengo mis dudas, aunque no descarto que sea verdad".

"Por esto, tened cuidado con el enlace que nos mandásteis con el material, no vaya a ser que lo tengan controlado; y después de bajarnos del coche de Fermín, a unos 300 o 500 metros fue la detención tal y como ya sabéis". "Creo", precisa la autocrítica de Mercedes Galdós, "que interesa saber si Juanra, el que está en Cabo Verde, conocía a Fermín; yo no sé con quién contactó la primera vez, pero esto podéis saberlo por medio de Alfonso Pirulo, el que vive en Maule, pues él fue el que le puso en contacto con la organización".

La "cantada"

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A continuación narra su extrañeza y cómo fue la "cantada". "Como podéis comprobar", señala, "es de lo más rara; rara por la cantidad de cosas que han salido con toda clase de detalles que sólo Txato y yo sabíamos de todos los que estábamos detenidos. A mí en ningún momento me torturaron físicamente y el resto de lo que me decían poco me ha afectado. Con Txato no he podido hablar en ningún momento y no sé cuál ha sido el trato que ha recibido. De lo que ha salido excepto el nombre de Sabino, creo que metí la pata y lo di yo; el resto de la cantada me la dieron ellos".

Sobre su interrogatorio señala que lo iniciaron 40 horas después de ser detenida por lo que tuvo tiempo de pensar sus respuestas. "Nada más empezar el interrogatorio", dice, "me dí cuenta que aparte de las dos casas conocían también la de Ángel, María Jesús y Ana, es decir, el piso de la calle de La Rioja, pues me decían que habían detenido al matrimonio y se había escapado Ana".

"Según ellos", añade, "el matrimonio les había dicho que yo sabía a dónde iba a ir a esconderse Ana y querían saber en qué piso estaba escondida. En todo momento hasta llegar a la cárcel estuve convencida de que estaban detenidos, pues sabían toda clase de detalles de su vida privada y bastantes cosas de cuando nosotros solíamos estar en esta casa, cosas que sólo sabíamos nosotros y ellos de la convivencia diaria".

"También", prosigue, "insistían mucho en la casa de seguridad de Yon y también me preguntaban mucho por el camión; querían que les dijera la matrícula de dónde era, cómo era el conductor, y sobre todo querían saber de qué pueblo era la matrícula y de dónde era. Dije que no sabía y dí uno supuesto".

La etarra avisa la a dirección que "lo que saben y no está en la declaración es la casa a la que solíamos ir de visita, y si no me equivoco en el 78 la usó el comando que estuvo en Iruña (esto creo que no lo sabe la policía). Ellos se llaman Jaime y Txaro, viven en la avenida de Bayona y nosotros les conocemos por los de P. y H.".

"Que saliera esta casa," añade, "fue para mí bastante duro, pues había salido todo lo demás y era lo único que quedaba. Me lo dieron con toda clase de detalles; sabían hasta a qué sitios había ido con ellos; por ejemplo, sabían que me habían llevado a Estella para contactar con la casa de Estella; se me hacía raro que saldría esto porque aunque Txato sabía dónde vivían y en lo que nos habían ayudado y a ellos personalmente no les conocía. Del americano sabían todo, incluso me dijeron que la bomba que puso en Burguete en la sala de fiestas la puso él solo".

Avisos

También Galdós avisa a ETA de que "hay una cosa que un día se le escapó a un policía y que quiso quitarle importancia, y que nadie más me ha preguntado. Parece que están vigilando un lugar tipo cueva por Tafalla en el que ha solido haber armas y ellos creen que eran de la organización y que las dejamos allá para después pasarlas a otro lugar".

La etarra se despide en la autocrítica: "Si recuerdo más cosas, os volveré a escribir, y si queréis algo concreto me decís. ¡Animo y a seguir duros y a dar siempre que se pueda!. Recuerdos a todos los de siempre y a los nuevos. Un fuerte abrazo".

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