Homenaje a los maestros

Durante el clasicismo, la guitarra fue empleada como instrumento de concierto. La aparición del movimiento romántico la apartó de las salas de concierto, relegándola a la condición de instrumento popular y pintoresco. El impetuoso piano, que se adaptaba plenamente a la estética romántica, la eclipsó por completo.Francisco Tárrega, nacido en 1852, será el iniciador de la nueva era de la guitarra. Recogiendo la tradición, crea la técnica moderna, de la que han bebido los guitarristas posteriores. Amplía el repertorio con obras propias, así como con transcripciones de piezas de compositores como Bach y Mozart. Sus alumnos, Llobet, Fortea y Pujol, junto con Sainz de la Maza y Andrés Segovia, culminaron esta labor, consolidando la guitarra como instrumento de concierto.

En el ciclo 130 años de guitarra clásica española, que se está desarrollando en Sevilla, la actual generación de guitarristas rinde tributo a estos maestros. Alirio Díaz, Narciso Yepes, José María Gallardo y Alberto Ponce, entre otros, han participado en este homenaje, que, organizado por la cátedra de guitarra del conservatorio sevillano, concluirá el próximo día 13 con un concierto dedicado a Joaquín Rodrigo, quien estará en Sevilla presidiendo el jurado del concurso internacional de guitarra que tiene lugar paralelamente.

Alberto Ponce, alumno de Emilio Pujol, madrileño de nacimiento, vive en París desde que en 1963 Alfred Cortot le llamara para enseñar la guitarra en la École Normal de Musique, Desde entonces realiza una brillante carrera que le ha situado en la elite mundial de la guitarra, junto a Lagoya, Williams, Yepes, Díaz, Bitetti o SölIscher.

Su recital ha sido un homenaje personal del discípulo a su maestro. En Veneciana, Cubana, Tango y Sevilla, obras de Emilio Pujol interpretadas en el concierto por su alumno, emana la exquisita sensibilidad del compositor y guitarrista leridano.