Mayor Zaragoza emerge como alternativa para la dirección de la Unesco
El candidato español a la dirección general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, empezó a perfilarse ayer como una seria alternativa a la polarización entre el bloque árabe-africano, que apoya al actual director general, Amadou Mabtar M'Bow, y el bloque occidental, que da sus votos al ministro de Asuntos Exteriores paquistaní, el general Yaqub Jan. Mayor se situó ayer en tercer lugar, con nueve votos, detrás de Yaqub Jan, con 12, y de M'Bow, que se mantuvo en los 18 votos. El búlgaro Nicolás Todorov, candidato del Este europeo, mantuvo también sus seis votos.
El cambio en la correlación de votos, que sitúa a Mayor como tercero en discordia y en buena situación para aparecer como candidato de consenso, se ha producido al hilo del abandono de Yaqub Jan por parte de Francia, después de la dimisión de su representante, Gisele Halimi, que esgrimió argumentos de conciencia, como luchadora por los derechos humanos y militante feminista, ante la obligación de votar al candidato de su Gobierno. Su sustituta, Marie Claude Cabana, elogió a Jan, pero dio a entender que Francia le votaría sólo en la primera votación.El trasiego francés en el Consejo Ejecutivo ha conseguido irritar ahora a numerosos países asiáticos, que se han visto jaleados por los occidentales para apoyar a Yaqub Jan, para ser abandonados más tarde, y ha surgido después de la irritación creada entre los países africanos francófonos, ante la falta de la neutralidad exigible al país anfitrión de la Unesco, que es Francia.
La peor parte de este cónclave se la ha llevado la diplomacia francesa, cuya habilidad y elegancia es puesta en duda públicamente por portavoces de numerosos gobiernos del Tercer Mundo. La torpeza de dar un apoyo exagerado al paquistaní Jan y de abandonarlo inmediatamente puede crear extrañas solidaridades entre asiáticos y africanos alrededor del eje islámico.
Federico Mayor ha crecido en tres votos a costa de Yaqub Jan, según la mayoría de los analistas. El candidato español aparece ahora apoyado por los votos latinoamericanos y por tres europeos. Los seis votos de Todorov -uno de los cuales es de un país de la CE, Grecia, que apela a la solidaridad balcánica-, y una parte de los votos de Jan pueden deslizarse hacia Mayor, cuyos resultados pueden seguir creciendo ligeramente en la tercera votación, hoy por la tarde.
M'Bow, por su parte, no se encuentra en una situación de piñón fijo, sino que puede recibir nuevos votos, sobre todo del Tercer Mundo, principalmente en el momento en que cualquiera de los otros candidatos se perfile como alternativa del Norte contra el Sur. El peligro para las posibilidades de Federico Mayor radican en su enfrentamiento directo con M'Bow, que permitirían presentarle como el candidato de Europa, a pesar de sus reiteradas afirmaciones de que no es candidato de ningún grupo de países.
El pasillo va a seguir siendo, en esta situación tan escasamente fluida, el principal protagonista. El candidato español no tiene prácticamente ninguna posibilidad si no se produce una negociación política que consiga romper el bloque árabe-africano. Estos votos están ya prácticamente en manos del propio M'Bow, convertido en el gran elector ausente de la sala de las votaciones. La posición de Mayor es más complicada todavía si se tienen en cuenta sus reiteradas declaraciones de que no quiere enfrentarse con M'Bow, que le nombró director general adjunto y de quien fue consejero personal.
La tercera votación, hoy, y la cuarta, posiblemente el lunes, se producirán por el mismo sistema, sin eliminación de los candidatos menos votados. La quinta votación enfrentará ya a los dos últimos candidatos más votados en la cuarta. En las actuales circunstancias, una evolución lineal lleva al enfrentamiento M'Bow-Mayor, en la que el español tiene todas las de perder.
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