Rabuka se decide a proclamarse jefe de Estado de Fiyi

El teniente coronel Sitiveni Rabuka dio ayer el definitivo paso adelante en su golpe militar de la semana pasada al anunciar la derogación de la Constitución de Fiyi y su autonombramiento como presidente de. la República que piensa proclamar el próximo día 10, aniversario de la independencia del Reino Unido.Isabel II de Inglaterra, jefa de Estado de Fiyi según la Constitución abrogada, insiste en reconocer como única autoridad legítima a su representante, el gobernador general sir Penaia Ganilau.

El anuncio de Rabuka sorprendió a propios y extraños al producirse a las pocas horas de que se hubiera logrado un aparente acuerdo multipartidario para dar una salida constitucional a la crisis provocada por el golpe del 24 de septiembre.

En el continuo vaivén en que se ha convertido este pronunciamiento militar, el teniente coronel golpista, de 39 años, optó ayer por la huida hacia adelante. La "anulación de la Constitución en su totalidad" que anunció supone el desalojo de Isabel II de la jefatura del Estado. El palacio de Buckingham, que "sigue los acontecimientos de cerca", no quiso realizar ningún otro comentario adicional al apoyo a Ganilau porque "no sería de ninguna ayuda en las presentes circunstancias", según un portavoz.

Rabuka dijo que asume las nuevas funciones "para asegurar los derechos" de la minoría melanesia indígena a la que pertenece, la cual, "debido a una falta de control sobre la inmigración en los últimos 100 años", según dijo, se ha visto superada en su propia tierra" por los descendientes de la mano de obra india llevada a Fiyi por el imperio británico.

La determinación mostrada ayer por Rabuka no significa que la suerte esté echada. Existen dudas sobre el apoyo que el teniente coronel pueda recibir del Ejército; sobre su capacidad para revocar milenarias tradiciones en favor del acatamiento a la autoridad tribal, representadas en este caso por el gobernador general de la isla, y sobre sus posibilidades de silenciar el mensaje real en su contra. La censura rige en Fiyi desde el día del golpe, pero los servicios de la BBC y Radio Australia llegan perfectamente al archipiélago con el llamamiento regio.