La instalación de la escalera mecánica de Almacenes Arias obligó a modificar la estructura del edificio

El proyecto primitivo de Almacenes Arias fue variado durante la construcción del edificio para instalar la escalera mecánica, no prevista en un principio. Según fuentes judiciales, Jaime Manzano, arquitecto autor del proyecto, declaró ante el juez la semana pasada que esta instalación supuso la eliminación de uno de los pilares. Sin embargo, Manzano afirmó ayer a este diario que no recordaba si se suprimió o no un pilar en esa zona y aseguró que la instalación de la escalera mecánica, de casi 120.000 kilos de peso, fue ordenada directamente a una empresa por la propiedad y precedida de un reforzamiento del inmueble.

El arquitecto Jaime Manzano Gómez, autor del proyecto del edificio de Almacenes Arias situado en el número 29 de la calle de la Montera, declaró la semana o pasada ante el juez Andrés Martínez Arrieta que se modificó el plano original del inmueble para instalar en él una escalera mecánica. Manzano, según personas que asistieron a esta declaración, reconoció que para ello se había suprimido un pilar que figuraba en el plano, y que no se consideró necesario comunicar estos cambios al Ayuntamiento. Las citadas fuentes afirmaron que se desconocía aún si esos cambios en la estructura del edificio se realizaron por iniciativa del arquitecto o de los propietarios, así como su repercusión en la tragedia.Manzano, en declaraciones a este periódico, afirmó, sin embargo, que el juez no se había referido a la eliminación de un pilar, aunque sí había preguntado sobre la introducción de modificaciones en el proyecto primitivo para instalar las escaleras mecánicas. "No recuerdo si iba o no un pilar en la zona de la escalera mecánica. Lo que sé es que allí estaba previsto colocar una escalera normal y que se realizó un reforzamiento de la estructura del edificio cuando se decidió colocar la mecánica", dijo Manzano.

Este reforzamiento, según Manzano, afectó al número de pilares, que se aumentó en dos. "La decisión de instalar las escaleras fue adoptada por la propiedad, que, directamente, encargó su instalación a una casa autorizada oficialmente".

Manzano estuvo procesado por su supuesta relación en el derrumbe de un restaurante en Los Ángeles de San Rafael, en junio de 1969, que costó la vida a 58 personas. Fue declarado absuelto con todos los pronunciamientos favorables.

Rigurosa inspección

El autor del proyecto supone que la empresa instaladora dio cuenta de esta colocación a los organismos afectados. "Desde luego, las pruebas que se realizaron después permitieron comprobar la falta de vibraciones y de grietas. Las obras fueron inspeccionadas por el Ayuntamiento, la Delegación de Industria y todos los organismos competentes. Fue muy rigurosa, pues no hay que olvidar que el edificio anterior había sufrido un incendio".La retirada de los seis tramos de escalera mecánica, con un peso total cercano a los 120.000 kilos, fue uno de los obstáculos que más retrasaron el rescate de los 10 bomberos fallecidos tras el derrumbamiento, el pasado 5 de septiembre.

Entre las variaciones a que dio lugar la colocación de las escaleras mecánicas figuran la realización de un forjado central de 10 metros de luz -el resto de los forjados es de cinco metros-, la duplicación de los pilares de los pórticos centrales y la eliminación de una de las ocho crujías reflejadas en el proyecto original.

Según el informe remitido al juez por la sección de Edificación Deficiente de la Gerencia Municipal, cuyos técnicos han inspeccionado los escombros, "esta disposición estructural, moderadamente singular, no debe considerarse como incorrecta o de dificultad no salvable mediante un adecuado dimensionado de sus elementos o una idónea solución de sus enlaces".

Sin embargo, los mismos técnicos indican al juez que las grandes luces de la crujía central y la falta de rigidez de los empalmes de los pilares fueron algunas de las causas que contribuyeron al derrumbamiento.

También el jefe del departamento de extinción de incendios, José Pascual, envió ayer al juez un informe en el que se analiza la estructura del inmueble derrumbado. Pascual va mucho más lejos que Edificación Deficiente, pues indica que la finca número 29 obedecía a una "morfología estructural no uniforme y en cierto modo atípica, con una crujía central cuyas dimensiones en el ancho eran el doble de las restantes crujías, lo que introduce un factor de alteración en el reparto de tensiones de cualquier índole". Con respecto a la finca número 31, Pascual afirma que había sufrido notables reformas estructurales, con la consiguiente variación en la estabilidad del conjunto.

Medios judiciales informaron que estos datos no son considerados definitivos, ya que aún han de ser verificados por los peritos oficiales. Según las mismas fuentes, no se prevé ningún procesamiento inmediato.