Admirable 'comic' trágico
Esta extraña y poderosa película británica de dibujos animados se exhibió en la pasada edición del festival de cine de Madrid. Fue una de las obras indiscutibles allí presentadas, una inquietante muestra del, por lo general, liviano comic, aplicada a la representación de una ficción política sobre el holocausto nuclear.Lo más duro del filme es su inmediatez. Se trata de una parábola sobre el fin del mundo contemporáneo, pero en ella no hay traca alguna de fuegos de artificio visuales ni la menor concesión a la espectacularidad. Cuenta con recursos ascéticos de alta precisión la vida diaria de un matrimonio de la pequeña burguesía inglesa que ha logrado sobrevivir en su domicilio al asalto de una guerra nuclear de devastación.
Cuando el viento sopla
Dirección: Jimmy T. Murakami. Guión: Raymond Briggs. Dibujos de Richard Fawdry y Errol Bryant. Música: David Bowie, Roger Waters. Producción: John Coates. Reino Unido, 1986. Estreno en cine Alexandra.
Pasado el accidente del gran viento, el apacible matrimonio reinicia, sin cambiar ni una sola de sus costumbres, la vida cotidiana. Y ésta es la médula de este terrible filme: el relato, lineal y despojado de cualquier adorno que alivie al espectador del negro humor que destila, de la tierna y tozuda persistencia de las rutinas legisladas en un mundo donde todas la leyes han volado en pedazos o, de otra manera, el mantenimiento de los comportamientos civilizados allí donde todo rastro de civilización ha sido arrasado.
Hay dos películas recientes que despliegan en la pantalla el mismo asunto: Sacrificio, de Tarkovski, y Cartas de un hombre muerto, de Lopusanski. Todo y nada tienen con este filme de dibujos, que ofrece un tercer punto de contemplación rítmica de la misma hipótesis política. Lo que en la primera es una penetración en el abismo rnetafisico y en la segunda la reconstrucción de los mecanismos sociales de supervivencia, aquí es el susurro -de explosivo resultado humorístico- de los hilos de una forma de vida que se resiste a callar y a extinguirse. Película bella, amarga, que hay que ver.
Babelia
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